Estar solo no siempre es soledad

Parece que las redes sociales, las pandemias y la vida moderna nos han aislado más que nunca y que ahora, disfrutamos más de estar solos. El tiempo en el que la gente platicaba ha venido disminuyendo desde hace casi treinta años, ni siquiera las videollamadas consiguen invertir la tendencia. Parece que la comunicación simplemente no es atractiva para un número cada vez mayor gente. Pero teniendo en cuenta que cada vez somos más narcisistas, esta tendencia no debería sorprendernos. En el futuro, podemos esperar que siga e incluso, que se acelere.

Yo también prefiero quedarme en mi habitación, pasar el tiempo como me gusta y no tratar con gente que, en gran medida, no me interesa. Tengo mis libros; noticias científicas y otras noticias que veo y tengo otros intereses.

Simpatizo con la gente que siente que no necesita a otros para satisfacer sus necesidades sociales, pues nos centramos cada vez más en nosotros mismos. La necesidad de reciprocidad, de aprobación de la sociedad, está disminuyendo en mucha gente.

No es que seamos cada vez más antisociales. Es que, cada vez somos más exigentes y no queremos malgastar tiempo ni energía en conexiones inútiles, que no aportan beneficio real. La gente es indiferente a los demás, porque se orienta más en sus objetivos. Elige sus metas en la vida y se esfuerza por alcanzarlas. Es un desarrollo positivo que nos llevará a perseguir el propósito de la vida.

En cuanto a mí, a pesar de mi naturaleza solitaria, el propósito de mi vida requiere que me conecte con tantas gente como sea posible y en el nivel más profundo posible: en mi corazón. Para lograr mi objetivo, estoy dispuesto a conectarme y a abrazar a todos. Si no fuera por mi objetivo, seguiría recluido en mi habitación, como lo estuve antes de empezar a difundir la sabiduría de la Cabalá, ese es el propósito de mi vida y por el que, felizmente, haré cualquier sacrificio.

Así como yo, cada vez más gente persigue sus objetivos. Es evolución en la humanidad, no regresión. En el futuro, veremos que cada vez más gente se conecta en torno a objetivos comunes y evita las interacciones casuales, que parecen inútiles. Esa gente vivirá en dos niveles: En el nivel superficial parecerá distante o reservada, pero en el nivel más profundo estará profundamente conectada con aquellos que comparten sus objetivos.