Hay probabilidades de que tu siguiente jefe, sea jefa y tu siguiente legislador, sea legisladora.
Después de miles de años de opresión, mujeres en todo el mundo ocupan puestos claves en todas las esferas de la sociedad. ¿Cuál es la raíz del ascenso meteórico de la mujer en nuestro tiempo? y ¿hacia dónde lleva esto a la sociedad?
El deseo humano en constante evolución impulsa el desarrollo de hombres y mujeres por igual. En los últimos 60 años, hemos sido testigos de un cambio indiscutible en la aspiración de la mujer. La mujer desea participar cada vez menos en el cuidado del hogar y en la educación de los hijos para aumentar su participación en otras áreas de la sociedad.
Al mismo tiempo, el mundo nos empuja hacia el logro de una mayor igualdad, y la mujer ocupa roles y responsabilidades que antes sólo desempeñaba el hombre. La tecnología también juega un papel importante para ayudar a liberar el tiempo de la mujer. Así como los pañales y las fórmulas para bebé fueron una gran ayuda para las madres, las soluciones emergentes de robótica e inteligencia artificial, reducirán la carga de la administración familiar a niveles que nunca se habían visto.
No es extraño que la mujer se integre perfectamente en un mundo hiperconectado. A medida que el mundo se vuelve más interdependiente, exige la intervención de la mujer, demandándole poner en práctica sus cualidades únicas.
El carácter de la mujer es mucho más responsable, estable y consistente. Puede absorber muchos cambios y hacer frente a desafíos a largo plazo, cualidad que se deriva de su capacidad natural para llevar un embrión y desarrollar la vida dentro de ella. El hombre, por otro lado, es mejor en acciones a corto plazo.
La mujer puede realizar gran cantidad de tareas y hacerlas con éxito. El hombre tiene más éxito en procesos lineales dirigidos a objetivos específicos. Por ejemplo, muchos de los avances científicos han iniciado en el cerebro masculino.
Hombre y mujer también difieren en su actitud ante el fracaso en la vida. En sentido figurado, el hombre puede ser tan fuerte como el hierro, sin embargo, una sola acción puede fundirlo. La mujer, sin embargo, es como el tronco de un árbol, mucho más difícil de romper. La complementación mutua de nuestras cualidades es la clave para construir una sociedad saludable en esta nueva era.
La integración de la mujer en el liderazgo de la sociedad y en otros sistemas de la vida humana se está volviendo indispensable. Las cualidades maternas se están expandiendo del hogar personal al hogar global. La naturaleza y el impulso de la mujer para crear un entorno solidario y comprensivo, se expresarán en la sociedad al crear condiciones sanas y adecuadas para unir a la humanidad. Sin ese entorno, que sólo la mujer puede diseñar y conducir, los hombres continuarán peleando como niños.