Hace algunas semanas, el gobierno de EUA anunció que Lawrence Livermore Lab (LLL), uno de sus laboratorios de fusión nuclear, logró lo que Jennifer Granholm, secretaria de Energía, describió como; “una de las hazañas científicas más impresionantes del siglo XXI”. El Financial Times declaró: “Los científicos del gobierno de EUA lograron un gran avance en la búsqueda de energía ilimitada y sin emisiones de carbono”.
La fusión nuclear es un proceso en el que dos núcleos atómicos ligeros se combinan para formar uno más pesado, liberando cantidades masivas de energía. Es lo que ocurre en el sol. En el experimento, los científicos lograron replicar el proceso en un laboratorio y liberó más energía que la invertida para crearlo. Esto se llama «ganancia de energía neta» o «encendido». Teóricamente, este proceso podría crear energía infinita, casi sin costo alguno.
A pesar de la fanfarria sobre el avance, el uso comercial del proceso está, al menos, a décadas de distancia. Además, incluso si se vuelve comercial, la humanidad no lo disfrutará, sólo lo harán los mismos pocos que cosechan los beneficios de cada fruto de la humanidad.
Detrás de cada experimento y esfuerzo de individuos y gobiernos, está un elemento corrupto que no deja que llegue al público en general: la naturaleza humana. Por eso, en primer lugar, no creo que las corporaciones gigantes que ganan miles de millones con combustibles fósiles y otros medios de producción de energía, permitan que se materialice ese regalo. En segundo lugar, incluso si se lograra esta forma de producción de energía y la humanidad tiene acceso a ese poder ilimitado, se usará para lo que se usa cada activo: contra otras naciones u otras personas.
El problema de la humanidad, no es tecnológico. Si quisiéramos, podríamos resolver las crisis del mundo en una semana. No hay escasez de alimentos y no debería haber hambre. Tampoco hay escasez de energía y nadie debe sufrir frío en invierno ni calor en verano. Nadie debería sufrir por falta de higiene ni por falta de instalaciones médicas ni por educación inadecuada ni por ninguno de los innumerables problemas que aquejan al mundo. La única razón por la que sufrimos es que nos hacernos daño unos a otros. Es muy simple: como todos tratan de hacer sufrir a los demás, todos sufren.
El mundo está lleno de energía. Podríamos usarla para todas nuestras necesidades, como si viniera de la nada y sería muy sencillo. Lo único que se requiere es que cambiemos nuestra relación, porque para que la energía fluya, debe haber conexión y en realidad, la única conexión que se interrumpe es la conexión humana. Si arreglamos nuestras conexiones, tendremos energía ilimitada y sin esfuerzo.
La energía en el universo es ilimitada. No necesitamos dividir átomos ni fusionar núcleos para extraerla ni recolectarla ni obtener energía de otros medios costosos. No necesitamos laboratorios y no necesitamos ciencia de vanguardia. Necesitamos dejar de negar a otros todo lo bueno; tenemos que dejar de intentar sofocarnos uno a otro. Si cambiamos nuestra intención hacia los demás, dejaremos de asfixiarnos y la energía fluirá por sí misma, hacia todos, incesante, abundante e interminablemente.
La energía es energía; se puede usar como queramos. Si no obstruimos su flujo con nuestras conexiones bloqueadas, podremos satisfacer todas nuestras necesidades, desde las físicas hasta las emocionales y mentales.
Es cierto, aún no estamos ni cerca de liberar esta energía infinita. Pero, debemos recordar que sólo si trabajamos para lograrlo, eventualmente lograremos un estado en el que la humanidad esté libre de preocupaciones energéticas. Mientras tengamos conexiones negativas, seguiremos luchando por la energía, peleando por ella y negándola a otros. Mientras estemos desconectados, la energía será otro medio de explotación y manipulación de unos pocos poderosos, contra los muchos impotentes.
Gracias,gracias,gracias
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