Las vacaciones de verano apenas comenzaron y ya vemos señales de que podrían terminar pronto o al menos su parte divertida. La Covid-19 regresó a Israel a lo grande y amenaza con hacer en este verano lo que hizo el verano pasado, mantenernos en casa o al menos a distancia. Parece que la naturaleza no tiene piedad de los niños que sólo quieren disfrutar del verano, un breve descanso después de un año escolar difícil, plagado de cierres por el coronavirus.
Pero ¿por qué la naturaleza debería tener piedad de los niños si nosotros, sus padres, no la tenemos? Es decir, con nuestra mala conducta, provocamos el bloqueo, que podríamos evitar si nos comportáramos con más responsabilidad. Si fuéramos mejores padres, haríamos lo que tenemos que hacer, tanto con respecto a nosotros mismos, como respecto a nuestros hijos.
Lo único que tenemos que hacer es reorganizar nuestras relaciones. De lo contrario, no podremos hacer frente a la Covid y ciertamente no a los virus que vendrán, que ya están en la fila para atacarnos y que seguramente serán más problemáticos que la pandemia actual.
Hasta que aprendamos que debemos cambiar nuestras relaciones, de competitivas a solidarias y de insensibles a afectuosas, no sucederá nada bueno. Debemos entender que nuestra única cura del virus es curar nuestro corazón, de pensar negativamente en los demás a desarrollar pensamientos positivos y a conectarnos con la gente a la que actualmente rechazamos.
Conectar significa comprender y sentir que dependo de los demás. Puedo vivir en mi cuerpo físico, pero el corazón de este cuerpo está en otra persona, no en mí. No sólo está en alguien más, sino en todos los demás, aparte de mí. En otras palabras, todos y cada uno dependemos por completo de todos los demás. No determinamos nuestro destino ni determinamos nuestro presente. De hecho, no determinamos nada; nuestras interconexiones lo determinan todo, sólo seguimos los dictados de esta red, conscientemente o no.
Incluso si no podemos sentirlo en este momento, al menos deberíamos entender que así es y darnos cuenta de que si ese es el caso, entonces, «Ama a tu prójimo como a ti mismo» no es un noble lema que nadie toma en serio, sino nuestra única esperanza de lograrlo, cambiando nuestra vida hacia una dirección positiva.
Podemos ignorarlo y seguir recorriendo el camino de la mezquindad que hemos nutrido con tanto fervor, durante tantas décadas, pero no pasará mucho tiempo antes de que, con dolor, la vida nos obligue a repensar nuestro camino.
El virus no es nuestro enemigo; nos muestra la verdad de nuestra interdependencia. Si hubiéramos actuado con esta verdad, no habríamos tenido una pandemia en absoluto. Nuestra responsabilidad social hubiera hecho que nos separáramos al sentirnos enfermos, hasta mejorar, y el virus no se habría propagado. Esto, por cierto, es lo que hacen los murciélagos enfermos, para no infectar a otros miembros de su nube (colonia de murciélagos). Si tuviéramos su sentido de responsabilidad, no estaríamos hablando de la pandemia de Covid-19 y ciertamente no, dentro de dos años.
Como somos totalmente dependientes unos de otros, influimos unos en otros. Por eso es tan importante que controlemos nuestros sentimientos hacia los demás y que tratemos de cultivar sentimientos positivos. Al hacerlo, influiremos en otros, quienes influirán en otros más, incluso sin decirlo. En poco tiempo, esa ola positiva volverá a nosotros y a nuestros hijos.
Determinamos el destino del otro, así que seamos responsables. Saquemos la conclusión obvia de que «Ama a tu prójimo como a ti mismo» es nuestra única opción viable para el futuro. Hemos probado todo y ve donde estamos: al borde de otro verano con cubrebocas. Ahora que está afectando a nuestros hijos, debemos dejar de correr riesgos. Espero que aprendamos y activemos esta lección que la naturaleza trata desesperadamente de enseñarnos, antes de que recurra a medios más duros.
Gran verdad!!! Ojalá que dejen dejemos de enfocarnos en el virus cobid 19 y darnos cuenta de lo irresponsables que actuamos, sobretodo en la orientación que hoy se ha vuelto tan permisiva en lo que respecta a la familia. Y mucho más con los demás. (Indiferencia total) 😔😔😔
Excelente, Gran verdad! muchas gracias….
que pronto esta verdad nos alcance como colectivo, que estemos a tiempo de enmendar nuestros errores, que sepamos hacer aquello por lo que existimos. Gracias por compartir esas palabras que nos orientan y nos aportan una luz en un momento de incertidumbre. Gracias siempre