Cuando hablamos de hambre, estamos acostumbrados a pensar en países del sur de Asia, Yemen, Siria o América Latina. Este ya no es el caso. Gracias a la COVID-19, el hambre ahora también es una amenaza real en EUA.
Se espera que, en los próximos seis meses, una ola de hambre golpe a las familias de Minnesota, afirma Frank Vascellaro en CBS Minnesota, un fenómeno que no se ve desde la Gran Depresión, las familias ya están diluyendo la leche para que dure más. Pero no sólo Minnesota sufre por la crisis de la COVID-19. En todo el país los niños pasan hambre. Según un nuevo estudio realizado por la organización sin fines de lucro, Hunger Free América, el hambre infantil se disparó en todo Estados Unidos durante las actuales crisis económicas y de salud, “con el 37 por ciento de padres en todo el país, reduciendo el tamaño de la comida o saltándose algunas comidas de sus hijos, porque no hubo suficiente dinero en el último mes”. Si tenemos en cuenta que el informe fue publicado el 10 de abril, probablemente, ahora, la situación sea aún peor.
He advertido innumerables veces que habrá grandes pérdidas de empleo y que se necesitarán soluciones inmediatas. Ahora, mientras hablamos, está sucediendo. El hambre es la peor crisis que puede haber; la gente hará cualquier cosa para alimentar a sus hijos. Si quieres devastar un país desde adentro, no luches contra él, mátalo de hambre. Esto es lo que está sucediendo hoy en Estados Unidos.
Lo peor de la crisis del hambre, no es que esté sucediendo debido a un enemigo externo, sino sólo por falta de responsabilidad mutua. Hay mucha comida, pero no va a donde se necesita, pues los que la necesitan no pueden pagarla. En ese caso, las autoridades deben hacerse cargo y garantizar que todos tengan alimento.
Una vez que esto se resuelva, las autoridades deben involucrar a todos los ciudadanos en sesiones que les informen de la crisis actual, de porqué no obtienen alimentos, porqué no pueden encontrar trabajo y qué pueden esperar en el futuro. Todos deben saber que encontrar trabajo ya no es un problema personal; es una crisis social que afecta al mundo entero. Y dado que todo el mundo está conectado, una crisis en un lugar, pronto migra a todas partes.
Cuando la gente comprenda que todos en la sociedad dependen de todos, comenzará a cambiar. Se verán más actos de interés mutuo, más servicios comunitarios fundados por la comunidad y para la comunidad. El gobierno, por su parte, debe alentar y apoyar estas iniciativas, pues son la base de la nueva sociedad que surgirá, una sociedad de responsabilidad mutua. Simplemente no habrá otra opción, ninguna otra forma de sobrevivir.
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