Hace unos días, Abdel Fattah al-Sisi, presidente de Egipto, Naftali Bennett, primer ministro de Israel y el jeque Mohammed bin Zayed al-Nahyan, líder de facto de los Emiratos Árabes Unidos, tuvieron una reunión confidencial en Egipto. Los tres se reunieron para discutir las posibles repercusiones del nuevo pacto nuclear con Irán. Creo que hay una buena razón para preocuparse. Si bien el pueblo iraní no es inherentemente hostil a Israel, el régimen extremista de los ayatolas busca dominar y borrar a Israel del mapa, es parte de su plan para gobernar el mundo.
Un acuerdo nuclear no evitará que Irán adquiera armas nucleares. Por el contrario, levantará las sanciones, liberará los fondos incautados y permitirá que el régimen fanático desarrolle lo que quiera. Esto debería ser motivo de gran preocupación no sólo para Israel, sino para todo el mundo y ante todo, para los países de la región. Por eso, los líderes de los países que están amenazados por las ambiciones nucleares del liderazgo de Irán se reunieron y esa insólita alianza debería enviar una señal de advertencia para todos.
La guerra en Ucrania y el pacto nuclear que se avecina, nos indican que debemos hacer una revisión exhaustiva de todo. Necesitamos examinar cuidadosamente lo que queremos, lo que esperamos de la vida, de la humanidad, qué futuro estamos preparando para nuestros hijos -si es que lo tienen y qué futuro nos gustaría dejarles.
Con los niveles actuales de beligerancia, sólo hay una dirección en la que el mundo puede ir: la destrucción. Como advirtió el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, si acabamos en otra guerra mundial, será nuclear. Al final de la guerra, aún tendremos que repensarlo todo, tal como lo sugiero ahora, pero ¿por qué no hacerlo mientras estamos aquí, en lugar de dejarlo en manos de unos pocos atormentados que sobrevivirán a la extinción nuclear global?
Creo que todos deberíamos darnos cuenta de que, de aquí en adelante, la situación sólo se deteriorará, hasta que todo se derrumbe. Si lo entendemos, podremos ponernos de acuerdo para pensar en cómo prevenir la catástrofe inminente. Tendremos éxito sólo si todos están de acuerdo y cooperan. Dado que hoy, cada país puede desencadenar una guerra mundial, todos los países deben reunirse y resolver juntos cómo reformar su conexión.
No habrá afinidad entre los países ni calidez ni simpatía. Pero, nos dará tiempo para comenzar a construir un nuevo espíritu.
Cuando entendamos que nadie tiene éxito, a menos que todos tengamos éxito, podremos construir una sociedad mundial común, donde las naciones no sean inherentemente hostiles entre sí e incluso, respeten la contribución de cada uno a la sociedad mundial. En ese estado, podremos resolver las diferencias sin violencia.
Gracias por compartir. Dios los bendiga grandemente.