«Estableceré mi salvación en Sion, mi esplendor para Israel». Isaías (46:13)
El futuro de los judíos estadounidenses está en juego. Ante la angustia y la adversidad por el aumento del antisemitismo violento en Estados Unidos, los judíos no pueden enterrar su cabeza en la arena y pretender que todo sigue igual. La sensación de seguridad es diferente y se está derrumbando rápidamente. La opción de emigrar a Israel ya no puede ser indiferente, no sólo por cuestiones de supervivencia, sino también como oportunidad para que renazca la nación judía.
El 59 por ciento de los estadounidenses perciben que el antisemitismo es más intenso que hace 15 años, según una investigación del Instituto Hudson. De hecho, según datos oficiales, las estadísticas indican 234 incidentes antisemitas reportados en 2019, en comparación con 186 casos en 2018. Curiosamente, si bien, en la ciudad de Nueva York, en sólo un año, los ataques sesgados contra los judíos aumentaron un 26% los delitos de odio, en general, estuvieron en un mínimo histórico. La realidad mordaz ejerce presiones abrumadoras sobre las comunidades judías, principalmente en las ciudades más grandes de EUA.
Por lo tanto, en un futuro cercano se espera un cambio en la tendencia de inmigración, particularmente de EUA. Pues la posibilidad de hacer Aliyah es una opción cada vez más atractiva.
Un nuevo capítulo para la inmigración judía estadounidense a Israel
Según la Oficina Central de Estadísticas, un total de 3,3 millones de inmigrantes se han mudado a Israel, desde el momento en que se estableció el Estado judío en 1948 hasta 2018. De todos estos inmigrantes, solo 148.083 emigraron de Estados Unidos, según datos de la Agencia Judía.
Nadie espera que mañana por la mañana, lleguen miles de judíos estadounidenses al aeropuerto Ben Gurion, podría tomar una década, pero la idea de comprar un apartamento en Israel «por si acaso» aumenta. Sin embargo, no hay razón para preocuparse por los bienes raíces. Israel es un país abierto de par en par. Tiene espacio, no sólo para los miles de judíos que eventualmente llegarán de EUA, sino también, para todos los judíos en la Diáspora e incluso para el futuro resurgimiento de las diez tribus perdidas y sus muchos descendientes. Ni uno solo será empujado de regreso al mar.
El Libro de Daniel llama a la Tierra de Israel la «tierra del venado». Asimismo, como explica el Talmud: «Así como la piel del venado tiene capacidad de abarcar su cuerpo, también se encoge cuando se separa de su carne, igual, la Tierra de Israel se expandirá para abarcar a sus habitantes legítimos y se encoge cuando nos exiliamos. En otras palabras, si hacemos Aliyah y nos instalamos en Israel, habrá espacio para todos.
¿Qué pasará en EUA cuando los judíos se vayan? Colapsará. Sin el espíritu judío que lo llena y le da éxito y prosperidad, Estados Unidos perderá su estatus de superpotencia. Eso le sucedió a España en la Edad Media, a Francia y a Alemania. Cuando los judíos fueron expulsados, los países perdieron su grandeza.
Impacto de una Aliyah estadounidense masiva
La inmigración masiva de judíos a Israel proyectará un estado de mayor poder israelí a los ojos de los países árabes y los restringirá hasta que la calma descienda sobre el Medio Oriente. Es claro que el mundo está en un proceso continuo de maduración. Si bien es cierto que por el momento tenemos un amigo de confianza en Estados Unidos, incluso si Trump es reelegido, el cambio aún está en el horizonte. Imagina masas de manifestantes llenos de odio, hartos del gobierno, que se concentran en la Avenida Pennsylvania hasta llegar a la Casa Blanca, sin restricciones, pateando, hasta que el gobierno sea derrocado por la fuerza. O tal vez, alguien con puntos de vista antisemitas ascienda al poder y aumente la tendencia y los sentimientos antisemitas y antisraelís.
En un escenario así, que no es del todo imposible, a los judíos no se les permitirá salir con sus propiedades, ciertamente no con las industrias y conglomerados que pudieran poseer. En el mejor de los casos, podrán huir a toda prisa con sólo una maleta en mano. Sí, la historia está destinada a repetirse. Ese período en Estados Unidos será una reminiscencia del período oscuro, hace ochenta años. No todos los detalles serán iguales, pero las reglas del juego serán terriblemente similares.
Por eso, hoy, como entonces, tenemos que pensar en nuestro buen futuro y acelerar el cambio de línea de pensamientos incompatibles: de rechazar «la tierra del venado» a amar a la patria. Israel es hogar, escudo y fortaleza. Dentro del acecho antisemita, la voz de la protección divina nos llama a refugiarnos bajo un mismo techo, aunque esta, no es la última parada.
Podemos lograr un destino final de tranquilidad sólo cuando haya unidad total y conexión de todas las corrientes y opiniones, cuando vivimos en «el amor cubre todos los crímenes» y diferencias. Solo así venceremos el amargo antisemitismo y los problemas de nuestro largo exilio. Cuando, escojamos unirnos para avanzar hacia un futuro conectado positivamente y no sólo escapar de la persecución, llegaremos por fin, a la redención. Como el cabalista y primer Rabino jefe del Israel dijo, Rav Kook escribió: «Todos los pensamientos e ideas individuales que resultan de un estado empobrecido y disperso -la atmósfera de la tierra de otras naciones- deben formar un paquete, cubrirse con una intención general en relación con la vida de la nación, bajo la influencia de la tierra de Israel»(Chevyon Oz)
En línea con Rav Kook y la cadena de grandes cabalistas que lo precedieron, la Tierra de Israel fue vista como un nuevo hito espiritual y se requeriría que las personas que regresaran a Sion sean conscientes de su misión espiritual. Creerán que la Tierra de Israel le fue dada al pueblo de Israel para formar una sociedad espiritual ejemplar, un semillero para el trabajo en el que se cultive el deseo de bienestar interior, mucho más allá de los aspectos de la preocupación por el territorio.
La confluencia de la diáspora en la tierra de Israel, simboliza el inicio de la comprensión de la idea espiritual con la que se fundó el pueblo judío: un lugar para alcanzar la unidad que trascienda nuestra estrecha existencia egoísta, para construir un destino común y floreciente para todos.
Amén