Estamos reabriendo la economía y la COVID-19 aún está aquí, instalada en el 2020. Por lo que parece, también habrá COVID-21. Si la predicción se cumple, ¿sobrevivirá la economía? ¿qué negocio puede soportar alternar durante tanto tiempo entre apertura y cierre?
Algunas industrias son esenciales. No hay duda de que se requieren; alimentos, vivienda, gas, energía eléctrica y educación. Del resto, sólo ciertas transacciones anteriores al coronavirus son realmente necesarias. En la nueva realidad, lo que no es esencial, muere.
Pero los gobiernos necesitarán dinero. Sectores esenciales como producción de alimentos y algunos servicios darán trabajo a algunas personas, pero la mayoría estará sin trabajo para siempre. Entramos a un mundo donde el desempleo será la norma y la ocupación, será excepción ¿cómo va a vivir la gente? Si los países gastan sus reservas de divisas en sectores sin futuro, no tendrán recursos para apoyar a la gente en el proceso de adaptación a su vida a la era del coronavirus.
Para adaptar a la sociedad a la nueva era, todos los que hoy están desempleados y probablemente seguirán estándolo, deben ser acogidos en un programa educativo que les informe de la nueva realidad y les enseñe a vivir en ella. Durante el curso, recibirán una beca completa que los sostendrá a ellos y a su familia.
Los cursos no sólo darán información sobre el nuevo mundo; También ayudarán a los participantes, a desarrollar la actitud correcta para vivir en un mundo, donde todos tendrán tiempo libre en abundancia.
Así como la gente asimiló la mentalidad requerida para tener éxito en el mundo de los negocios o la actitud requerida para tener éxito en la industria de alta tecnología, también se familiarizará con el estado mental de la era COVID.
En consecuencia, el programa incluirá ejercicios de comunicación social que construyan conexiones adecuadas para un mundo en el que todos dependen de todos, los trabajos regulares serán escasos y la gente deben depender de otros para su supervivencia. Gradualmente, todos encontrarán más valor en vincularse y socializar, que en sus valores anteriores de obtención de riqueza y poder.
A medida que los cursos se centren en fomentar lazos, responsabilidad mutua, conciencia de las necesidades de los demás y preocupación por la sociedad, todos comenzarán a pensar en estos valores sociales positivos, como el producto de su aprendizaje. Así como podemos acumular riqueza, podemos acumular felicidad.
Mientras más personas se integren socialmente, más felices y seguras se sentirán. Los valores y aspiraciones en la vida de todos cambiarán, por unos que brinden satisfacción real y duradera.
Así, el coronavirus nos conducirá a una nueva realidad, donde algunos cuidan del sustento de todos y el resto cuida de la felicidad de todos.
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