¿Por qué se siente cada vez más que la humanidad es el matón del vecindario? Entre naciones, en las relaciones personales, con compañeros de trabajo, con compañeros de la escuela y con la naturaleza, somos tan torpes como un elefante en una tienda de porcelana, rompemos todo lo que tocamos y dejamos un desorden caótico detrás de nosotros. Hay una razón: el mundo que nos rodea está cambiando. Estamos atrapados en la mentalidad de trabajar sólo para nosotros mismos y si somos débiles, otros nos comerán, la vida nos revela su naturaleza conectada y nos muestra que, si actuamos solos, fracasaremos. La realidad da paso a la era de la unidad y si queremos tener éxito, tendremos que adaptarnos.
En esta nueva era, no podemos tener éxito solos. La fuerza de la gente no surge de sus habilidades propias, sino de su capacidad para conectarse y colaborar con los demás.
Cuando pensamos en colaborar, a menudo pensamos que debemos comprometernos y renunciar a lo que nos gusta, para que haya conexión. Ese ya no es el caso. Por el contrario, la nueva unidad requiere que usemos nuestras habilidades, talentos, ideas y aspiraciones. Pero que los usemos para el bien común y no para el propio.
Actualmente, usamos nuestras habilidades en beneficio propio y para evitar que nos lastimen o nos superen. Eso nos pone en una guerra constante. Como resultado, frecuentemente cancelamos las buenas ideas y fortalezas de los demás, que a menudo cancelan las nuestras y todos terminamos cansados, agotados, con potencialidades insatisfechas y la sociedad pierde.
Cuando usamos nuestras ventajas individuales en bien común, potenciamos las cualidades de los demás, mejoramos sus logros y facilitamos que todos realicen su potencial. Así, todos se benefician. Nos sentimos plenos, confiados, bienvenidos en nuestro entorno social y el entorno se beneficia con nuestras aportaciones. La energía que gastábamos en defendernos, la usaremos para desarrollarnos y eso nos impulsará a dar más de nosotros mismos al colectivo.
Lo único que nos impide vivir esta sociedad de ensueño, es nuestro ego obstinado. Mientras lo dejemos gobernar, seguirá destruyéndonos y demoliendo nuestra sociedad. Eventualmente, destruirá todo y entenderemos que no tenemos más remedio que dejar ir nuestro ego.
Si lo entendemos ahora y no más tarde, nos ahorraremos esa perspectiva sombría y traeremos el futuro al presente. Si nos ayudamos a superarnos a nosotros mismos, podremos hacerlo, porque en la era de la unidad, incluso para superar el ego debemos trabajar juntos.
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