Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

La guerra en Ucrania está cambiando el mundo

guerra Ucrania cambiando el mundo cambiar el mundoLa guerra en Ucrania es diferente a cualquier guerra que haya habido. Aunque parezca local, esta guerra está cambiando el mundo. Al final, después de todo el dolor, las partes tendrán nuevas relaciones y habrá nuevas relaciones en todo el mundo. Esta guerra es el comienzo de la formación de un nuevo orden mundial, donde todas las partes se unen contra el único enemigo común de la humanidad: el ego. Tomará tiempo, pero todos los involucrados se darán cuenta y el mundo con ellos, que no luchan entre sí, sino contra un enemigo dentro de ellos. Si dejamos que la idea penetre, aunque sea un poco, hará que suceda incluso antes.

La guerra que comenzó a finales de febrero no terminará pronto. Pasarán muchos meses más hasta que entendamos que la guerra en sí, el concepto mismo, es malo. En ese sentido, la guerra en Europa del este está corrigiendo a la humanidad, transformando nuestra percepción y nuestra comprensión del bien y del mal.

Víctimas, heridos y propiedades perdidas son un precio terrible que se debe pagar. Pero, los procesos globales siempre tienen un costo. No debemos culpar a otros por el costo y no debemos pensar que no hay nada que podamos hacer para cambiar el mundo. Hacer un mundo mejor y hacer desaparecer las atrocidades de la guerra y la crueldad que los humanos se infligen entre sí, está en nuestras manos. Lo único que necesitamos es entender que el enemigo está dentro de nosotros: nuestra actitud egoísta que nos incita a unos contra otros, demoniza y vilipendia a cualquiera que no esté de acuerdo, nos dice que somos los únicos con derecho en este mundo y nos enfrenta. Todos somos así, estamos contagiados de la pandemia de narcisismo.

Sin embargo, hay mucho que podemos hacer para cambiar el mundo. Primero, debemos aceptar que hay una buena razón por la que somos tan diferentes. Cada uno hace una contribución única al mundo y nadie más la puede hacer. Si todos fuéramos iguales, los aportes que recibimos de los demás, de los que depende nuestra vida, estarían ausentes y no sobreviviríamos ni en el sentido más físico de la palabra.

Comprenderemos que nuestro ego es el enemigo, hasta que entendamos que, singularidad es una palabra equivocada para la felicidad. Hoy, la palabra clave para la felicidad es complementariedad: satisfacción mutua de las necesidades materiales, sociales, emocionales y espirituales.

Vivimos en un mundo en el que todos dependemos de todos. La comida que comemos, la ropa que vestimos y los electrodomésticos y aparatos que usamos, están hechos por gente que no conocemos, en lugares que no conocemos y nos llegan de maneras que no conocemos. Pero si no fuera por esta cadena de innumerables individuos desconocidos, no sobreviviríamos, pues no podemos satisfacer nuestras necesidades por nosotros mismos.

Lo mismo ocurre con los lazos sociales. Todas nuestras conexiones, comunicaciones e interacciones con los demás son posibles gracias a la ayuda de innumerables personas que nos sirven, sin que nos demos cuenta. Si no fuera así, no podríamos trabajar ni socializar.

A pesar de que es obvio, nos comportamos con los demás sin consideración y cuando somos amables o considerados, es porque tenemos un motivo oculto y egoísta. No podemos seguir así. Estamos destruyendo al mundo y a nosotros mismos.

En la década de 1930, Baal HaSulam, gran pensador y gran cabalista, escribió un ensayo épico titulado Paz en el mundo. Escribió: “Es inherente en el hombre llevar una vida social. Todos y cada uno de los individuos de la sociedad son como ruedas dentadas, unidas a varias otras ruedas en una máquina”. Qué extraño es que hace noventa años, antes de la Segunda Guerra Mundial, la gente ya entendía que dependemos unos de otros y que debemos comportarnos con consideración. Piensa en lo que podríamos haber evitado si hubiéramos sido más atentos y de mente abierta.

Ahora, también, vamos hacia una catástrofe, a menos que seamos atentos y actuemos como una entidad, una sociedad global que funciona como una sola familia unida. La guerra cambiará el mundo, pero espero que podamos cambiarnos a nosotros mismos antes de que la guerra nos cambie.

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