Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

La importancia de las personas de la tercera edad para la sociedad

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Imagen del programa de TV «80 y 4» Fotografía: kan

La conexión entre niños preescolares y personas de la tercera edad, hoy se lo conoce como “integración intergeneracional”, pero en realidad es un vínculo natural que alguna vez existió en cada hogar y familia. Yo mismo crecí en un hogar con abuelos y abuelas de ambos lados, y recibí de ellos más atención de lo que mis padres me podían conceder.

En forma natural los padres están más ocupados con el cuidado diario de los hijos, y, además, sobrecargados de trabajo. A diferencia de los abuelos que pueden conceder una relación más cálida y cordial. Según la Sabiduría de la Cabalá hay tres generaciones interrelacionadas: niños, padres, y abuelos. En este triángulo precisamente, la relación entre los hijos y los abuelos es una conexión más cercana y especial. Ambos están más conectados a la naturaleza. En los niños hay inocencia, no hay en ellos falsedad ni mentiras y los ancianos ya no tienen necesidad de ellas.

En la relación entre ellos existe un beneficio mutuo. Para los ancianos, es muy importante sentir que aportan; esto les da vida y fuerza para actuar, y los niños les procuran esa sensación. Ya que el niño siempre tiene en qué ayudar, lo que aprender y le da la posibilidad de disfrutar. Cuando los ancianos se juntan con más  jóvenes, ellos tratan de comportarse como si fueran niños, y como resultado ocurre un cambio en sus sistemas que comienzan a actuar como en el niño. ¿Y los niños? Ellos ganan en atención y pueden aprender del conocimiento y la experiencia que aportan los ancianos, ya sea del conocimiento profesional de acuerdo a su especialidad y de su enorme experiencia en la vida.

Nuestra sociedad no sabe aprovechar el potencial humano. Cuando una persona se jubila tiende a cerrarse en sí mismo y a perder contacto con la sociedad. Siente que no tiene ninguna función y no contribuye, y este es el peor de los sentimientos. Estar conectado y contribuir a la sociedad es el metabolismo humano, y en el momento que se le da un papel a la persona que lo compromete a expresarse y a dar de sí mismo a los demás, tiene algo por lo que vivir y esto prolonga sus días. La muerte no llega porque el cuerpo envejece, sino como resultado de estar separado de la sociedad.

Hoy las personas viven hasta los noventa años y más, en lugar de utilizar la sabiduría que han acumulado a lo largo de  su vida, para el bien de los demás, los cerramos en hogares de ancianos donde viven en soledad y recibiendo trato inadecuado. El papel de los ancianos en una sociedad sana es ser fuente de la sabiduría de la vida. Si los ancianos desaparecieran del mundo, inmediatamente sentiríamos que el mundo perdió una fuerza, un poder, un sostén. Son una parte inseparable y muy importante de la naturaleza.

Espero que organizaciones sociales de contacto y conexión entre generaciones, se conviertan en algo común, y todos volvamos a sentir que somos una sociedad que se complementa mutuamente, una sociedad en la que cada persona sienta que es importante y necesaria, y juntos disfrutemos uno del otro y vivamos con salud y alegría.


Publicado en: News

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