Tras las negociaciones para la composición del nuevo gobierno de Israel, después de las últimas elecciones generales, volvió a surgir la cuestión de la constitución. A pesar de tener un régimen democrático vibrante, donde incluso los partidos antisionistas participan en las elecciones y en el gobierno, Israel nunca logró concertar una constitución y no la ha tenido desde su establecimiento el 14 de mayo de 1948.
Esto no sería un gran problema si no fuera porque, en los últimos años, han surgido asuntos que socavan la confianza de los israelíes en el sistema de justicia del país. El problema es particularmente agudo cuando se debate sobre la autoridad del gobierno para legislar, frente a la autoridad de la Corte Suprema, para revocar leyes que se consideren injustas o inconstitucionales.
Algunas de las ideas sobre la constitución de Israel vinieron de otros países, como el Reino Unido, Alemania, Estados Unidos y Canadá. Aunque, algo en las ideas extranjeras siempre se ha sentido mal. Como resultado, ninguna ha sido adoptada.
Creo que hay una buena razón por la que no adoptamos ninguna de las constituciones occidentales. El Estado de Israel es Estado judío y los judíos han tenido una constitución desde sus primeros días como nación. De hecho, cuando aceptaron esa constitución fueron declarados una nación. Si la adoptamos ahora, inmediatamente recuperaremos estabilidad y paz.
La antigua sociedad israelí tenía su base en su solidaridad, responsabilidad mutua y en dar a los pobres, es decir, cuidar a los demás. El lema de la constitución de Israel y de hecho de su sistema de leyes, era “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
La constitución auténtica de Israel no era para organizar la vida de la gente. En realidad, estaba destinada a cambiar su naturaleza -de ser egoísta a ser considerada y afectuosa- y a guiarla hacia el propósito de la vida, amar a otros como a sí misma.
A los antiguos hebreos no se les enseñó a vivir por leyes que siguen las ideas de los humanos, sino por normas que se derivan de las leyes fundamentales de la vida: las leyes de dar y recibir y la forma en que interactúan. Dado que no fue así como otras naciones formularon su constitución, los gobiernos del Estado de Israel, desde su creación, sintieron instintivamente que algo no estaba del todo bien en las constituciones propuestas. Pero, dado que ya perdimos la capacidad de amar a los demás y no sentimos su importancia crítica para nuestro pueblo, los líderes sintieron que ninguna constitución era la correcta, aunque no pudieron articular ni explicar cuál era la constitución correcta para Israel.
Para que Israel reconstruya su sociedad y encuentre paz dentro de sus fronteras y con sus vecinos, debe volver a sus raíces. Debemos recordar la meta sublime de nuestro pueblo -con nuestro ejemplo, llevar unidad y solidaridad al mundo- y trabajar en nosotros hasta convertirnos en ese modelo.
Así como en la “ceremonia inicial” al pie del Monte Sinaí, cuando recibimos la Ley y nos comprometimos a obedecerla, el pueblo de Israel debe adoptar su constitución original, que es el compromiso de amar a los demás y así podremos redactar una constitución adecuada. Si invertimos el orden y redactamos una constitución antes de que nos hayamos comprometido a cuidarnos unos a otros, el ego se hará cargo y nos convertiremos en tiranía.
Si queremos prosperar en una tierra libre, con gente libre, debemos esforzarnos por alcanzar un objetivo único: preocuparnos por los demás no menos de lo que nos preocupamos por nosotros mismos.
Laitman, con todo respeto: el constitucionalismo occidental se basa en los principios judeocristianos del amor al prójimo y por consiguiente, respeto a los derechos humanos. Dónde usted lea esa expresión, es equivalente a amar al prójimo y por ende, respetar su derecho natural como hijo de Dios y ciudadano de esa civilización. Usted quiere volver al agua mojada 😂😂😂 no sé estrese tanto, que cualquier constitución garantista, que se afiance en el respeto a los derechos humanos universales, en la protección al débil jurídico (es lo mismo que pobre, que no puede hacerse rico a sí mismo como los niños, los ancianos, los enfermos y así por el estilo) ya será esa constitución que usted desea para el pueblo israelí. Dense la organización que deseen para ustedes mismos, recuerden los derechos de los extranjeros que habitan entre ustedes, háganse iguales frente a la Ley y van a tener una Constitución que satisfaga a la Torah como la Constitución en el cielo y que la haga operativa aquí y ahora. Suerte!