De vez en cuando, las noticias sobre el antisemitismo rabioso que llena las páginas de los libros de texto palestinos K-12, nos recuerdan que nada se ha suavizado del otro lado. Por el contrario, los palestinos están enseñando abiertamente a sus hijos que, matar judíos e israelíes es su deber sagrado. Incluso la UE, que no es exactamente el organismo más proisraelí del mundo, “aprobó una moción condenando a la autoridad palestina por redactar y enseñar nuevos materiales violentos y de odio con fondos de la UE”. La moción “Deplora que el material problemático y de odio en los libros de texto escolares palestinos aún no se haya eliminado y está preocupada por la continua falta de acción efectiva contra el discurso de odio y violencia en los libros de texto escolares, especialmente en las tarjetas de estudio recién creadas”.
Recientemente, las cosas se han deteriorado hasta el punto en que a los estudiantes de cuarto grado de Gaza, se les enseña aritmética contando shahids: musulmanes que murieron matando o intentando matar a infieles, es decir, judíos. A los alumnos de décimo grado, las escuelas de Gaza les enseñan que la yihad (guerra santa) es el deber personal de todo musulmán. No tengo ninguna esperanza de moderación por parte de los palestinos.
Sin embargo, tengo plena confianza en nuestra capacidad para cambiar la situación, independientemente de las intenciones de los palestinos. Israel debería trabajar en dos niveles. A nivel material, deberíamos retenerles fondos y limitar el suministro de alimentos. La “aritmética” debería ser simple: si enseñas a tus hijos a asesinarnos, te trataremos como el enemigo que eres. Pero, si es sólo eso, funcionará quizás por un corto plazo. Lo que funcionará es lo que hagamos entre nosotros.
La forma en que los palestinos se relacionan con nosotros los judíos refleja nuestra relación mutua. Siempre ha sido así y siempre será así. Israel prospera sólo cuando está unido. Cuando se divide, los enemigos lo atacan y destruyen el país. Si estuviéramos unidos, los palestinos ni siquiera considerarían incluir materiales anti israelíes en sus libros de texto, pues no albergarían sentimientos anti israelíes.
Por eso, en el plano espiritual, debemos unir nuestras filas. Las docenas de partidos políticos que luchan entre sí en el actual sistema político israelí, reflejan nuestra división interna. No podemos tener veinte partidos luchando por el trono y arrastrándose ante nuestros enemigos para obtener su apoyo. Sólo los envalentona y agrega desprecio a su odio.
Si queremos que los palestinos detengan la incitación antisemita en sus escuelas, debemos enseñar a nuestros propios hijos y a nosotros mismos a amarnos unos a otros. Ninguna excusa nos ayudará.
Puede que no veamos la conexión entre nuestras relaciones y sus relaciones con nosotros, sin embargo, ambos están directamente conectados. Cuando dejemos de buscar excusa para no preocuparnos por otros y tratemos de acercarnos por encima de las diferencias, veremos un cambio revolucionario en el mundo entero hacia nosotros.
Amar a los demás, especialmente si son diferentes a nosotros, es el principio básico de nuestra nación, la base de nuestro pueblo. Mientras no lo hagamos, no conoceremos la paz.
Encontrarás más sobre este tema en mis libros Como un Manojo de Cañas: Por qué la unidad y la responsabilidad mutua están hoy en la agenda del día y La elección judía: Unidad o antisemitismo, Hechos históricos sobre el antisemitismo como reflexión sobre la desunión social entre judíos.
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