El impacto humano de la reciente explosión masiva en un distrito de almacenes portuarios en Beirut, no puede dejar indiferente a nadie. Dejó una herida abierta entre la población libanesa ya mutilada, que ha sufrido una prolongada crisis económica existencial. La comunidad internacional se pregunta, cómo afectará la agravada crisis del Líbano a una región tan volátil como el Medio Oriente. La respuesta dependerá totalmente de Israel, de su capacidad para entregar lo que el mundo espera de él: convertirse en luz para las naciones e irradiar esa luz a la región y al mundo entero.
Algunos analistas consideran que la explosión mortal es favorable para Israel, pues el grupo terrorista Hezbollah, a quien los manifestantes libaneses señalan como el principal sospechoso de la explosión, podría verse obligado a entrar en un período de moderación. No estoy de acuerdo. No creo que un desastre que perjudique a los ciudadanos de un país pueda favorecer a otro. Esa catástrofe humana no influirá en el Medio Oriente ni para bien ni para mal.
Israel ofreció ayuda humanitaria y apoyo al país afectado por el desastre y la bandera del Líbano ondeó en el Ayuntamiento de Tel Aviv, pero muchos percibieron ambos gestos como burla. Necesitamos expresar simpatía, pero no extender la mano con fuerza y persistencia. Podemos aprender de nuestros intentos de construir una alianza cercana con nuestros países vecinos Egipto y Jordania: a pesar de nuestros esfuerzos por acercarnos e invertir en proyectos cooperativos, las relaciones siguen siendo frías.
Israel, de hecho, puede brindar la asistencia invaluable que Líbano (y el mundo entero) necesita, pues tiene la clave para un futuro mejor. Pero primero debemos comprender con precisión lo que las naciones realmente nos exigen que hagamos.
Una ayuda que nadie rechazará
A lo largo de la historia y hasta ahora, el pueblo judío ha dado a las naciones logros notables en habilidades científicas y académicas, en invenciones que salvan vidas y en descubrimientos importantes. Pero mientras desarrollamos eso, pasamos por alto el principio que el mundo más necesita y que está totalmente ausente en el planeta: la unidad. No se refiere a la unidad necesaria para derrotar a un adversario. Más bien, es el tipo de conexión que da ejemplo para compartir con quien tenga interés en adoptarlo.
Como escribió el principal cabalista Rav Yehuda Ashlag,
«Depende de la nación israelí capacitarse a sí misma y al mundo… para desarrollarse hasta que tome la obra sublime de amar a los demás, esa es la escalera hacia el propósito de la Creación». (Arvut, Garantía Mutua)
Rav Yehuda Ashlag ( Baal HaSulam)
Al participar en esta empresa mutua para construir una sociedad nueva y positiva con base en amor y conexión por encima de las diferencias, Israel podrá hacer grandes avances para lograr el destino que nuestros antepasados soñaron: ser «luz para las naciones». Como resultado, el mundo, felizmente absorberá el espíritu que transmitimos y la animosidad hacia Israel desaparecerá.
Rav Kook habló del papel de la nación judía para un cambio global positivo,
«La construcción del mundo, que actualmente está arruinado por las terribles tormentas de una espada llena de sangre, requiere la construcción de la nación israelí … en previsión de una fuerza llena de unidad … que se encuentra en Israel». (Oro, Luces)
Rav Kook
De hecho, si las naciones del mundo quieren tener paz, lo único que necesitan hacer es invertir su hostilidad hacia Israel, con presión para que esta nación se una, eso abrirá el camino a un mundo tranquilo y seguro. En ese momento, Israel será un faro de esperanza para que todas las naciones vivan en paz, hermandad y unidad con nuestros vecinos y con el mundo entero.
Shalom, Baruj HaShem 🙏