Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

La vida es un juego, pero ¿podemos ganar?

juego juegos propósito de la vidaCuando ves a la gente inmersa en juegos virtuales, tienes la sensación de que saltarían fácilmente a la computadora y se convertirían en los avatares que los representan. De hecho, los juegos de computadora responden a todas nuestras preguntas. Algunos incluso creen que en el futuro, viviremos en una red informática y nos comunicaremos en un mundo totalmente virtual. Pero los juegos tienen un propósito: preguntarnos sobre la realidad y nuestro lugar en ella.

Desde una perspectiva más amplia, podemos ver que nuestra “realidad” también es un juego. Compramos, vendemos, ganamos y perdemos. Si le dices a un niño lo que haces todo el día, te dirá que tú también juegas.

Para la mayoría, los juegos de hoy son diferentes a los que jugaban sus padres. Ya no son con pelota ni andan en bicicleta por el parque. Lo hacen en sus teléfonos, solos o con otros, pero en línea o ven jugar a otros.

Es por una razón. Construimos la realidad de acuerdo con nuestros deseos. Como nuestros deseos han cambiado, nuestros juegos han cambiado. A medida que somos más egoístas y narcisistas, reflejan nuestro egoísmo.

Además, en muchos sentidos, en los juegos de hoy los niños sienten que construyen su propio mundo. Es mucho más satisfactorio que jugar al baloncesto, por ejemplo. Si los adultos sintiéramos que construimos un mundo para vivir, igual que los niños en Minecraft, por ejemplo, nunca saldríamos de esa distracción.

En la computadora, en la cancha o en la vida, jugamos para ganar. Pero hace miles de años, los autores del Midrash (Kohelet Rabbah) dijeron, “Nadie deja el mundo con la mitad de sus deseos en la mano, porque quien tiene cien quiere doscientos; el que tiene doscientos quiere cuatrocientos”.

La única forma de ganar el juego es preguntar sobre su propósito. Cuando preguntamos, es como si lo detuviéramos y exigiéramos saber para qué jugamos. También en la vida debemos detenernos y preguntarnos por qué hacemos lo que hacemos, por qué hay estrellas, aire, tierra, gente, por qué existe todo y por qué vivimos. Cuando nos hacemos estas preguntas, es como volver a nuestra infancia cuando nos hacíamos estas preguntas. Cuando preguntamos, las preguntas mismas nos traen respuestas y, las respuestas son la única victoria que necesitamos.

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