Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Lazos judíos

judíos antisemitismo israelIncluso antes del establecimiento del Estado de Israel, los lazos entre los judíos de Israel (que entonces formaba parte del mandato británico en Palestina) y los judíos del mundo eran complicados. Muchos judíos de la diáspora rechazaron el sionismo y creyeron que aumentaría el antisemitismo. Estaban contentos de vivir donde estaban y no querían mudarse a una tierra que (en ese momento) no tenía nada que ofrecer más que pantanos, desierto y árabes hostiles. Los sionistas tampoco estaban interesados ​​en los judíos de la diáspora. Los jefes del asentamiento judío en Israel sólo querían inmigrantes jóvenes, socialistas, de preferencia solteros o con familia pequeña.

Desde entonces, las sospechas y tensiones entre judíos israelíes y los de la diáspora, en particular los judíos de EUA, no han mejorado. De hecho, en los últimos años, las relaciones se han deteriorado muy rápido, hasta el punto en que muchos judíos de EUA, preferirían que Israel no existiera en absoluto. Muchos, incluso se ponen del lado de los enemigos de Israel y los israelíes sienten un creciente resentimiento hacia los judíos estadounidenses, cuyos valores y cultura, a menudo son muy diferentes a los de los israelíes.

La alienación no ayuda a ninguna de las partes. Por el contrario, intensifica, por igual, el odio hacia los judíos de la diáspora y hacia Israel.

Todos los judíos, sin importar dónde vivan, tienen la misma obligación con el mundo. El que seamos judíos alemanes, estadounidenses, rusos o israelíes, no cambia nuestra obligación de ser luz para las naciones y ejemplo de unidad. por encima de todas nuestras diferencias.

El pueblo de Israel no existe por sí mismo. Es diferente a cualquier otra nación. Es una nación compuesta por descendientes de numerosas tribus y naciones que se unieron en la antigüedad en torno a la idea de que la unidad, sin importar las diferencias, es la idea más noble y es clave para la felicidad y la prosperidad en la vida.

En consecuencia, el único propósito del pueblo judío es demostrar el valor de la unidad y dar ejemplo. Por eso, mientras más aumenta el odio y la alienación entre las naciones, más antisemita se vuelve el mundo, pues busca una salida al enredo del odio y la desconfianza y en ausencia del ejemplo de los judíos, no sabe cómo lograrlo. Los judíos perciben la ira del mundo como antisemitismo, pero en realidad, es un grito de ayuda para salir del odio.

Ningún judío está exento de esta obligación. Por eso, ningún judío se librará de la ira de las naciones, por no darles lo que necesitan.

Por eso, a pesar de la frialdad entre los judíos de la diáspora y los judíos israelíes, lo único que pueden hacer para mitigar el antisemitismo, es aumentar el nivel de su solidaridad y unidad. Aunque hemos acumulado generaciones de desconfianza, lo único que puede ayudarnos a mitigar la ira del mundo, es superar la amargura y restaurar nuestra nación en torno a los principios de nuestros antepasados: solidaridad y responsabilidad mutua. Incluso si no lo sentimos, la retroalimentación del mundo, una vez que comencemos a trabajar, nos convencerá de que ese es el camino a seguir.

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