Hace muchos años, cuando era estudiante universitario en la Academia de Medicina de Leningrado (hoy San Petersburgo), había un proyecto especial que la academia llevó a cabo en el Mar Negro. Tenía que ver con comunicarse con los delfines y tratar de aprender su idioma. El proyecto no representó mucho y se aprendió la lección.
Hace unos días, un estudiante me dijo que se está haciendo un proyecto en Israel para intentar aprender el idioma de las ballenas, utilizando equipos de alta tecnología, lingüística e inteligencia artificial. Me preguntó qué pensaba al respecto. Le hablé del experimento de Leningrado y llegué a la conclusión de que tampoco sería gran cosa.
Si queremos aprender de la naturaleza, no es para comunicarnos con los animales, sino para comprender la matriz de la naturaleza, saber cómo opera, comprender los secretos de la creación y el mecanismo de su fuerza creativa. Entiendo que es impresionante ver a las ballenas comunicarse, pero ¿luego qué? ¿a dónde nos lleva? ¿nos enseñará a comunicarnos entre nosotros? No, no lo hará. Y si no podemos comunicarnos entre nosotros, ¿de qué nos sirve ver lo bien que se comunican otras especies?
Debemos enfocar nuestros esfuerzos de comunicación en nuestras propias relaciones, en crear relaciones mutuas saludables, equilibradas y consideradas. Esto nos ayudará y ayudará a las ballenas, mucho más que aprender el significado del sonido de la ballena A, comparado con el sonido de ballena B. ¡Somos nosotros, a los que tenemos que estudiar y corregir, no a las ballenas!
La naturaleza funciona de acuerdo con la ley del equilibrio, donde vida y muerte, crecimiento y decadencia, dar y recibir están equilibrados y se apoyan mutuamente. Sólo los humanos buscan tomar, tomar, tomar y no dar nada a cambio. Y puesto que somos el único ser egoísta y destructivo en la creación, es de vital importancia que nos enfoquemos en nuestra propia comunicación, en nuestras propias relaciones mutuas, ¡que aprendamos a preocuparnos unos por otros!
Una vez que lo aprendamos, también entenderemos la creación, cómo comunicarnos con otras especies y cómo apoyar el florecimiento de la vida en la Tierra. Si volteamos hacia arriba, hacia nuestro yo superior, para estar todos conectados de corazón a corazón, podremos contribuir con las demás especies y nuestra existencia en la Tierra, tendrá significado y propósito y se beneficiarán todas las creaciones.
Gran verdad. Y lo aplicó esto en mi vida, siempre me he enfocado en la mejor forma de entender y comprender a los animales en mi caso los perros para darles una mejor calidad de vida y he descuidado la mía estúpidamente. Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente 🙏🙏