La inmigración ilegal a EUA no es un fenómeno nuevo, pero con la llegada al poder del presidente Biden y la abolición de la política de «tolerancia cero» de Trump, las fronteras fueron literalmente invadidas. Los inmigrantes de México y Centroamérica sienten que las puertas están abiertas de par en par. Como resultado, sólo en marzo, más de 170,000 inmigrantes fueron detenidos en la frontera entre EUA y México, un aumento del 71% con respecto a las estadísticas oficiales de febrero y el ritmo sigue acelerándose.
No soy miembro de la ONU ni de ninguna organización internacional de derechos humanos, que considere que su responsabilidad sea solucionar el problema de la inmigración. Más bien, soy una figura pública que estuvo de acuerdo con la postura rígida de Trump, con respecto a la construcción de un muro para dejar en claro que sin visa, no puede haber entrada. Sólo así se podrán plantear los pasos adecuados para la absorción de inmigrantes para que, como mínimo, se evite la angustia física y mental en las fronteras.
Por ahora, todos los pasos del presidente Biden y de quienes lo rodean, tienen como objetivo deshacer las líneas políticas que estableció Trump durante su mandato. Esto obliga a Biden y a sus seguidores a empezar de nuevo desde cero. La pregunta es ¿qué tan alto será el costo humano de empezar de cero? ¿Cuánto sufrimiento y pena, hambre y dolor se soportará?
Nada bueno saldrá de esta nueva política de fronteras abiertas, sólo colapso social. EUA bien puede hundirse. Emprendedores y empresarios, uno a uno, comenzarán a abandonar la tierra de las oportunidades, que se sumerge en desgracia, inestabilidad e inseguridad y buscarán nuevas posibilidades en otros países como Canadá, incluso Cuba se verá más promisoria.
Así como los antepasados de los estadounidenses emigraron de Europa occidental a Estados Unidos, también los empresarios y emprendedores comenzarán a emigrar fuera de las fronteras de EUA para establecer sus fábricas y oficinas, establecer sus bancos y negocios. Estos nuevos cambios sacudirán al país hasta la médula.
Los que gobiernan el país no podrán controlar el caos y conducirán a la sociedad a la destrucción total, en nombre de la llamada «democracia». De la incompatibilidad de las posiciones del mundo y la insatisfacción general con los que dirigen el país, pueden surgir disturbios sociales.
La sociedad de EUA, en todos sus sectores y comunidades, se encuentra en un proceso de evolución gradual. Hasta que no se alcance la madurez deseada, debe haber un gobierno estable con líderes que tengan una visión del progreso de la nación, que sepan motivar sabiamente a millones de ciudadanos para que el país avance.
Así, durante cientos de años, se construyeron Inglaterra, Alemania y Francia. Es absurdo que una buena mañana se permita que ingresen millones de inmigrantes de países subdesarrollados y esperar que, súbitamente, se asimilen a la sociedad. Es insostenible extenderles de golpe las riendas del poder en nombre del liberalismo, sin interrumpir por completo el proceso de desarrollo fluido.
No subestimo el deseo de los trabajadores migrantes ni la situación de los refugiados que padecen malas condiciones y carecen de derechos humanos básicos en su país de origen. Al contrario, mi corazón está con todos y cada uno de ellos. Pero a nivel político hay leyes y protocolos que deben seguirse. Se debe establecer un programa de integración como parte de la política de inmigración de Estados Unidos, un proceso que permita a cada inmigrante aprender el idioma, conocer a profundidad la cultura local y comprender las leyes y normas aceptadas en la sociedad.
Esto sólo puede suceder bajo un liderazgo que diseñe e implemente un plan claro y ordenado. Un gobierno que no sabe cómo detener la crisis antes de que estalle, provocará un desastre para sí mismo. Y por ahora, el gobierno de Biden parece estar degenerando en un caos total.
Aunque la administración Biden ahora está preocupada por sus fronteras violadas, cuando la tormenta amaine, su siguiente «problema» será el Estado de Israel. En el dulce sueño del actual gobierno de Estados Unidos, que es una pesadilla para la mayoría de los israelíes, se establecerá un estado palestino en suelo israelí y ese será nuestro fin. Si bien ahora hay silencio sobre este tema, más tarde el mensaje cada vez más malicioso contra Israel resonará alto y claro. A partir de ahí, el camino para infligir heridas al estado judío será realmente corto.
¿Y por qué surgirían esos pensamientos en los jefes de la administración de EUA? Porque los judíos que apoyaron y aún apoyan a Biden están dispuestos a arriesgar el futuro de Israel. Esto puede sonar como una costura áspera entre dos conflictos completamente diferentes, pero no. La crisis fronteriza en EUA, junto con muchas otras, es como una bola de nieve que comienza a rodar desde lo alto de una pendiente muy empinada, acumulando problemas y dificultades en el camino. Así como históricamente se ha acusado a los judíos de ser responsables de pestes y conflictos, el mismo escenario se desarrollará aquí. Estamos un paso más cerca de ser también culpados por la crisis fronteriza, como proclaman los antisemitas, «¡los judíos son culpables de todo el mal del mundo!»
Así que podemos preguntarnos: «¿Cómo puede una crisis fronteriza estar relacionada con nosotros?» El vínculo es por una razón: vivimos en un mundo global, una red de interconexión intrincada, en la que los judíos son responsables del bienestar de todos o a la inversa, de las dificultades de todos.
Existe la percepción general de que los judíos no están desempeñando la misión que les asigna su sabiduría antigua, esconden el secreto de la eternidad, no lo revelan a la humanidad para que todos podamos alcanzar la máxima felicidad. Esta sabiduría antigua se llama, sabiduría de la conexión y enseña cómo se construyó el mundo, cuál es su propósito y cómo podemos crear una familia humana que funcione como una sociedad igualitaria, que se preocupe tanto por los débiles como por los fuertes.
Como está escrito, «Ninguna calamidad llega al mundo si no es por Israel». (Yevamot 63). El primer gran Rabino de la Tierra de Israel, Rav Kook, también escribió: “La humanidad merece estar unida en una sola familia. En ese momento cesarán todas las disputas y la mala voluntad que surgen de las divisiones de las naciones y sus fronteras. Sin embargo, el mundo requiere mitigación, con la que la humanidad se perfeccionará con las características únicas de cada nación. Esta deficiencia es lo que complementará a la Asamblea de Israel”. En palabras del principal cabalista Yehuda Ashlag (Baal HaSulam), “El pueblo de Israel, que fue elegido como operador del propósito general y de la corrección … tiene la preparación necesaria para crecer, desarrollarse y guiar a las naciones del mundo, para que también logren ese objetivo común».
En pocas palabras, debemos implementar lo que está profundamente arraigado en nuestros valores fundamentales y en nuestra herencia, nuestra capacidad de conectarnos como un hombre con un corazón. Cuando pongamos en práctica esta ley de la naturaleza, realmente nos convertiremos en “luz para las naciones”, difundiremos por el mundo un sistema ordenado que irradiará calidez y amor. Este es el único mecanismo para defenderse de las amenazas y recuperar el equilibrio del mundo.
Buen día, exactamente así lo dice DIOS, que volvamos a Él, quien es nuestro hacedor, y Él pondrá un corazón nuevo y quitará el de piedra que lo hemos convertido. Pues estoy en la mejor disposición del cambio en las manos. De mi Creador. Mis padres fueron instrumentos como yo con los hijos que concebí. Para los planes de Dios y no la exigencia mía. Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente 🙏🌹