Si bien los ancianos son mucho más vulnerables a la enfermedad generada por el coronavirus, la peor parte de la pandemia económica ciertamente tiene un rostro joven. Los millennials en el mundo, enfrentan un trastorno económico particular debido a la pérdida masiva de empleos en industrias relacionadas con los servicios que les daban su principal fuente de ingresos. Esto no es casualidad; la dificultad surge como un llamado a la acción para que la nueva generación guíe al mundo hacia un futuro más prometedor que reconstruya los viejos sistemas económicos y sociales fallidos.
Para los millennials, nacidos entre 1981-1996, que ahora tienen entre 24 y 39 años, la epidemia de coronavirus es especialmente dura. No se recuperaban totalmente de la crisis financiera de 2008, cuando fueron golpeados por esta nueva crisis causada por la COVID-19. Sus ahorros limitados afectan su capacidad para superar la crisis. Un estudio reciente reveló que el 76% de los millennials encuestados, dijeron que los ingresos de su hogar se vieron afectados negativamente por la pandemia, eso los convierte en el grupo demográfico más castigado y que lucha por cubrir sus necesidades básicas.
La pandemia reveló que nuestro sistema económico actual, con base en competencia destructiva a expensas de otros, deja a grandes sectores de la sociedad vulnerables y en peligro de desmoronarse en un abrir y cerrar de ojos. Muestra que nuestra estructura actual no ofrece a los jóvenes lo que necesitan para prosperar. Se sienten desanimados y frustrados, no ven futuro dentro de un sistema así.
Aunque es posible que aún no lo comprendamos, se está produciendo un gran cambio en la realidad. La pandemia puso sobre los hombros de una joven generación, una que ahora sufre mucho, un papel especial y la responsabilidad de construir una nueva estructura social que fomente conexiones estables sobre todas las diferencias y disparidades en la sociedad y será en beneficio de todos.
Los millennials ruegan ser escuchados, pero no sabemos cómo escuchar, pues nuestra generación funciona de acuerdo con viejos paradigmas. Hasta ahora, los patrones descuidados de las interacciones humanas que impregnaron nuestros sistemas económicos y sociales crearon un gran abismo entre las generaciones. Para empeorar las cosas, no podemos construir un sistema educativo adecuado para ellos. Tenemos una visión del mundo estrecha y conflictiva a nuestro alrededor, que divide el mundo y obliga a todos a valerse por sí mismos y a competir con los demás a toda costa.
La crisis exige una nueva educación para un nuevo estilo de vida, con base en las mismas leyes de apoyo mutuo y reciprocidad que existen en la naturaleza.
Sopla un viento nuevo en el mundo, que cambia la orientación y las viejas costumbres. Los jóvenes son absorbidos por un torbellino de desesperación, cuya profundidad los empujará a anclar en nuevas costas seguras. La salvaguarda y salvavidas en este escenario debe ser el principio «ama a tu prójimo como a ti mismo», el principio más importante para alcanzar satisfacción infinita: la perfección que cada ser humano busca y que se puede alcanzar cuando todas las contradicciones dentro del hombre se conecten en la mente y en el corazón.
Mientras tanto, la generación joven lucha por su supervivencia. Aún debemos darnos cuenta de que, en realidad, algo se renueva, que el viejo mundo está muriendo y está naciendo uno nuevo. El cambio está evolucionando muy rápido y debemos apurarnos para mantenernos al día, abrir muchos cursos y centros educativos para ayudar a los jóvenes a hacer sin problemas, la transición entre los dos mundos. Los millennials serán los pioneros y deben darse cuenta de que todo este trastorno sucede para presionarlos a tomar su futuro en sus propias manos y comenzar a crear un mundo nuevo y mejor para todos.
Sería prudente, por parte de países y naciones, dar a los jóvenes refugio alternativo en hoteles y financiar estudios que les ayuden a sobrevivir en un nuevo mundo, con mejores relaciones sociales y sistemas más equilibrados. Enseñar a los jóvenes pioneros a ser ciudadanos, no en el sentido de los habitantes de un país específico, sino constructores de una nueva sociedad humana, fundada en conexiones buenas y fraternas. De estos jóvenes ciudadanos surgirán los líderes del mañana. Entenderán qué formas debe adoptar el nuevo estado, qué conexiones deben prevalecer entre la gente y cómo educar a las nuevas generaciones. Crearán un ambiente bueno y hermoso que disfrutará toda la sociedad.
Este es el momento para que los millennials sean líderes y unan a todas las facciones de la sociedad y las fusionen en un sistema con una visión común: una visión que el mundo necesita para esta generación y para las futuras.
No opino como ud. Porque no creo q los millennials esten interesados en arrastrar con una sociedad asumida a la esclavitud y la falta de moral y etica laboral.