«Cuando, en marzo, las temperaturas en la Antártida se dispararon hasta 38 grados centígrados por encima de lo normal, una plataforma de hielo del tamaño de Los Ángeles se derrumbó», escribió la CNN. «El calor se precipitó en lo que se conoce como río atmosférico, …una larga pluma de humedad que transporta aire caliente y vapor de agua desde los trópicos a otras partes de la Tierra. … estos ‘ríos del cielo’ -que descargan lluvia y nieve cuando tocan tierra-, también provocan temperaturas extremas, se derrite la superficie, se desintegra el hielo marino y grandes marejadas desestabilizan las plataformas de hielo del Antártico». Cada vez que ocurre un desastre, buscamos su causa inmediata. Pero evitamos reconocer la verdadera causa de nuestras adversidades: la naturaleza humana.
No sólo el clima se está volviendo inhóspito. También los bosques que desaparecen y las plagas furiosas que dicen: «¡Tú eres la amenaza! ¡Tú eres la plaga! Ya no eres bienvenido». Los científicos advierten que si no frenamos el calentamiento global, perderemos ciudades costeras. Yo creo que es mucho peor que eso: todo el planeta se volverá inhabitable para los humanos y por nuestra propia culpa. La Tierra parece estar disgustada con nosotros.
Se nos dice que esto ocurre porque contaminamos el aire, el agua y el suelo, destruimos los bosques, cazamos especies hasta la extinción y extraemos de la tierra mucho más de lo que puede dar sin que colapse el ecosistema. Ciertamente, esto es efecto de nuestro comportamiento, pero hay una razón por la que nos comportamos así. Nuestro principal delito es nuestra actitud hacia los demás.
Cualquier daño que hagamos a la Tierra, lo hacemos diez veces más entre nosotros. El daño que infligimos a la Tierra es parte de nuestro esfuerzo por infligir daño a otras personas y naciones; es otra faceta de nuestra batalla. Si dejamos de luchar entre nosotros, también dejaremos de destruir nuestro hogar común y la naturaleza se recuperará y volverá a ser amable con nosotros.
Es cierto, no es fácil dejar de luchar cuando reinan la desconfianza y la hostilidad. Desde naciones hasta individuos, la agresión y la intimidación dominan, de hecho, definen nuestras relaciones. Pero, como la Tierra ya nos está expulsando, si queremos sobrevivir, no tenemos otro remedio que cambiar.
Es un proceso de aprendizaje, pero se debe empezar por reconocer que nuestro problema no es que quememos demasiado combustible fósil ni que comamos demasiada carne ni que ensuciemos el suelo y el agua con plásticos. Nuestro problema es que hacemos ese daño para herir, destruir, dominar y someter a otros, es por orgullo y para complacer al ego.
Cuando reconozcamos que nuestra actitud egoísta hacia los demás es nuestro problema de fondo, podremos afrontarlo. Aprenderemos a elevarnos por encima del ego y a trabajar juntos. Pero, primero debemos dejar de engañarnos pensando que los ríos del cielo nos están ahogando. Nos estamos ahogando en el ego, ese es nuestro verdadero problema.
Todo lo que está haciendo la tierra es, defendiendo en forma natural lo que es limpieza de todo lo que esta contaminado,bueno por obra humana, si poco inteligente, de crear industrias que contaminan el aire, terreno agua, unas ciudades todos amontonados y superficiales,y no se ignova en cuidar y apreciar la vida y ser parte de la naturaleza respetando lo que es realmente ,un planeta vivo y que nos da vida ,pero parece que a nosotros nos gusta ir contra las reglas y derechos del planeta tierra ,somos contaminadores ,pero eso nos está pasando la cuenta .Pero si alguien tiene ideas de cuidar el planeta es un enemigo de los que quieren por ego aprovechar la riqueza momentanea,porque lo que le dejemos a la nuevas generaciones son vergonzosas .¿Como se sentirá el creador del daño ecologico que le hacemos a su creacion? Hay poca cooperacion de los que lleban el poder ,mi humilde comentario ,pero si pienso en nuestro higar prestado como el egoismo llevo al limite al planeta.Solo esoeranza y fè esto tenga interversion divina . 🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏