Tras más de un mes de guerra en Ucrania, está claro que nadie está contento con los resultados. Rusia no consiguió la aplastante victoria que esperaba, Ucrania está atormentada bajo constantes bombardeos contra población civil y servicios públicos y las sanciones contra Rusia van a pasar factura pronto y a dificultar su economía.
A pesar de la decepción, Rusia sigue siendo una fuerza formidable, aunque sea gracias a su vasto arsenal de armas no convencionales: biológicas, químicas y nucleares. En Ucrania, a la hora de negar la victoria a Rusia, no podemos atribuir el éxito a su ejército, pues el contacto entre ambos ejércitos ha sido relativamente escaso. Hay una causa más profunda detrás del estancamiento en Ucrania: la guerra va contra la conexión y toda la realidad va hacia ella. Y cuando se actúa contra la conexión, se está contra la realidad. Esto no puede tener éxito, ciertamente, no por mucho tiempo.
Especialmente hoy, cuando el mundo se convirtió en una sola aldea, cualquier movimiento que contradiga esta mentalidad está destinado al fracaso. Puede que a nuestra naturaleza no le guste la idea de que todos estamos conectados y dependemos de los demás, pero esta es la realidad y su trayectoria es hacia más interconexión, no hacia menos. Por eso, si nadas contra la corriente, a contracorriente de la realidad, es seguro que agotarás tus fuerzas y te ahogarás o darás marcha atrás.
Si la guerra se intensifica y se usan armas no convencionales, las consecuencias serán catastróficas. No obstante, no cambiará el resultado final.
Otra posibilidad es que la guerra, esporádicamente, siga con bombardeos aquí y allá, pero sin una dirección clara. Los residentes sufrirán, nadie se rendirá y nadie ganará, pero no habrá alto el fuego.
Al final, la razón se impondrá y las partes se separarán y empezarán a reconstruir su relación. La única cuestión es, cuánto tiempo llevará y cuál será el costo.
Rezo para que la miseria que estamos presenciando estos días, enseñe al mundo lo necesario, que es trabajar en reciprocidad, en comunicación positiva y en establecer buenas conexiones. Hasta que la gente esté conectada podrá disfrutar de la vida en este mundo. Espero y rezo para que todos lo reconozcamos más pronto que tarde.
Gran verdad!!! Parece que seguimos con la misma mentalidad dirigida por el ego, sin conexión alguna, sin solidaridad al contrario aprovechando un descuido para manipular y controlar a quien sea. Me entristece parece que las personas no han reflexionado sobre qué todos dependemos de todos. Muchas gracias. DIOS los bendiga grandemente.