La comunicación de masas siempre ha jugado un papel importante para formar la opinión pública y la percepción de la realidad de la sociedad, pero en los últimos años se ha transformado en una fuerza controvertida y crítica.
Con pocas excepciones, los principales medios de comunicación de EUA coronaron a Biden como el ganador de las elecciones presidenciales, mientras que el equipo legal del presidente Trump está impugnando los resultados con acusaciones de fraude. Un total de 220 miembros republicanos de la Cámara y del Senado, una abrumadora mayoría de republicanos en el Congreso, simplemente no reconocerán la victoria de Biden antes de que todo se aclare, según una encuesta del Washington Post.
El ejemplo de EUA y francamente, la tendencia predominante en el mundo, muestra que los medios sesgados no cumplen su papel de informar objetivamente los acontecimientos actuales, como se supone que deben hacerlo. El mundo libre debe caracterizarse por medios independientes y sólidos, que actúen como guardián de los intereses de la gente, en lugar de ser portavoz de un sector específico, con una agenda política o financiera particular. De lo contrario, perdemos cualquier apariencia de democracia, que por definición, es el gobierno del pueblo, donde todas las voces son iguales y tienen derecho a ser escuchadas y tomadas en cuenta.
Cuando los medios distorsionan su papel y se convierten en guías, censuran discursos o ideas de funcionarios públicos que no corresponden con su opinión, la democracia no puede existir. Limitar el pluralismo es desviar a la gente de su pensamiento, discusión y comprensión profundos. En cambio, la población está llena de comunicaciones de bajo nivel, llenas de chismes, mentiras e información unilateral. En tal escenario, no hay búsqueda de un análisis profundo, sólo un intento de publicitar, lucrar, engañar y confundir a la audiencia.
Más allá de la disputa política sobre los resultados de las elecciones, ¿Qué dice el estado de los medios de comunicación sobre la sociedad estadounidense? Dice que las leyes y formas de votación establecidos por los estados a lo largo de los años, dejan espacio para dudas y descontento sobre los resultados de las elecciones y generan interpretaciones dudosas por parte de grupos de interés especial, incluidos los medios, deben ser cuidadosamente examinados y restaurados para la nueva realidad mundial, como proponen algunos analistas. Y no sólo es cierto en Estados Unidos, el resto del mundo, ya está comprendiendo que hay necesidad de un cambio serio de dirección de las viejas estructuras y marcos.
Puede que no sea ni evidente ni obvio en la vida diaria, pero el desarrollo de las necesidades es consecuencia de la evolución de la humanidad. Las fuerzas inherentes a la naturaleza están obligando al mundo a arreglar las distorsiones reveladas ante nuestros ojos. Si vemos a la sociedad en estado de separación y confusión, deberíamos hacer esfuerzos para recuperar el equilibrio con nuestra conexión.
Los medios de comunicación son los que establecen el tono y la atmósfera del público en general. Tal como está el discurso público, se eleva una opinión y se rebaja otra. Por eso, unos medios renovados que sirvan a los intereses de la gente, deben esforzarse por establecer un término medio común que conecte y equilibre pros y contras, que garanticen a todos voz para lograr una opinión plural. Medios de comunicación saludables, pueden iluminar a la sociedad y convertirse en fuerza de conexión para beneficio y progreso de todos.
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