Me han dicho que hay una nueva tendencia: para mejorar la creatividad y el rendimiento en el trabajo, tomar pequeñas cantidades de dietilamida de ácido lisérgico (LSD), setas que contienen psilocibina y otras sustancias alucinógenas. Los datos científicos que rodean esta práctica, denominada «microdosis», no son concluyentes, por no decir otra cosa. Un estudio descubrió que los efectos son muy limitados y sólo se logran si ya se cree en ellos. Otro estudio encontró algunos efectos positivos, pero también encontró efectos igualmente adversos. Comprendo la necesidad de ampliar nuestros límites, vernos desde fuera; tiene un gran atractivo. Sin embargo, hay una forma mejor de hacerlo y no implica desconexión de la realidad, sino su contrario: una nueva y más profunda conexión con todo.
En lugar de desconectarnos con drogas, en cualquier nivel de microdosis, debemos aumentar y profundizar nuestra conexión. Al hacerlo, podremos ver el mundo «con otros ojos», sentir el mundo como otros lo sienten y verdaderamente, salir de nosotros mismos.
Cada uno vive en su propio mundo tridimensional. Cuando empezamos a ver el mundo a través de los ojos de los demás, nuestra percepción adquiere infinitas dimensiones. Mejor aún, la realidad que vemos a través de otras personas, mejora y enriquece la que vemos a través de nuestros propios ojos. Estos «universos paralelos» no están en conflicto, por el contrario, se entrelazan en una imagen más completa de la realidad.
Lo único que debemos hacer para conseguirlo, es cambiar nuestra intención y tener interacciones con los demás. En lugar de buscar obtener de los demás todo lo que podamos, debemos esforzarnos por darles lo que podamos y cuando podamos. Al emplear esta táctica revelaremos lo que sienten y cómo ven el mundo. Lo único que nos impide descubrir estos mundos nuevos e infinitos que existen a nuestro alrededor, es nuestra intención de explotar a otros, en lugar de contribuir con ellos
No necesitamos cambiar nuestra actitud de golpe. Podemos hacerlo en «microdosis», empezar por donde sea más fácil y con las personas más cercanas. Las revelaciones que descubriremos serán alarmantes y esclarecedoras. A medida que avancemos, nuestra visión del mundo cambiará y nuestra percepción de la realidad será completamente nueva. Es un proceso acumulativo y no debemos precipitarnos.
Sin embargo, este proceso no puede tener éxito en solitario. Si uno solo intenta cambiar su actitud hacia los demás, no funcionará. Es necesario que haya, al menos, un grupo que trabaje junto. Cuando practican esto juntos, se abren a los mundos de los demás, aprenderán a sentirse mutuamente, se incorporan en los demás y su percepción cambia. Una vez que lo consiguen entre ellos, su nueva percepción se reflejará en su forma de ver el mundo en general y podrán aplicar sus conocimientos a todos los aspectos de su vida.
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