Sólo hay algo en la vida de lo que podemos estar seguros: tarde o temprano, moriremos. Si hay tanta certeza sobre el destino de cada uno en este planeta, ¿por qué el miedo a la muerte atormenta a la humanidad?, ¿qué pasa si morir no es tan malo como pensamos? Si resolvemos el misterio de lo que sucede después de la muerte, podremos encontrar consuelo y claridad.
Según una encuesta reciente de la Universidad Chapman sobre los temores de los estadounidenses, el 20.3% tiene «miedo» o «mucho miedo» a la muerte y casi el doble (cerca del 40%) teme perder a un ser querido. Ya sea que temamos o no a la muerte, la simple idea de entrar en lo desconocido es intimidante. Sin embargo, es claro que el cuerpo físico perece y gradualmente se desintegra hasta que desaparece por completo.
¿Cómo podemos dar sentido a la muerte?
Pareciera que la muerte nos roba nuestra independencia, nuestro ser, todo lo que obtuvimos e hicimos en nuestra vida. Incluso pasando los logros y activos que reunimos en la vida, a nuestros descendientes, todo se esfumará, ya que un día, ellos también abandonarán este mundo. Dado que la muerte es un fenómeno más allá de nuestra comprensión y que no tenemos absolutamente ningún control sobre ella, naturalmente tratamos de oponernos.
Sin embargo, paradójicamente, en los últimos años hemos sido testigos de un sorprendente aumento global en las tasas de suicidio, como consecuencia del vacío interno de la gente y de la falta de satisfacción en la vida. Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud muestran que de los 183 países miembros, EUA fue el séptimo lugar en la lista del aumento porcentual en las tasas de suicidio. Entre 2000 y 2016, aumentó casi 25%. Todos los días en EUA, se registra un promedio de 123 suicidios, aunque se considera que el número real es más alto, porque muchos casos no se denuncian debido a que el suicidio, culturalmente sigue siendo tabú. En 2017, la línea de ayuda para la prevención del suicidio respondió a más de 2 millones de llamadas de personas que buscaban asesoría confidencial en caso de crisis.
Particularmente en el mundo de hoy, las condiciones problemáticas en todas las áreas de la vida nos instan a desarrollar una mayor conciencia de nuestra existencia. Desde muy temprana edad, la humanidad pregunta: «¿Para qué vivimos y por qué morimos?, ¿cuál es el significado de la vida?, ¿qué caso tiene este sufrimiento?, ¿por qué estamos aquí?”. Muchos, cuando no encuentran respuesta satisfactoria a estas preguntas incómodas -y lo más importante, cuando la fuente de felicidad y satisfacción se agota-, simplemente se rinden.
A pesar de esta realidad opresiva, el instinto básico de sobrevivencia sigue siendo la fuerza impulsora más poderosa. El impulso instintivo de temor a la muerte es totalmente normal, pero cuando se vuelve severo puede transformarse en ansiedad extrema, pánico y angustia, fenómeno que se conoce en los círculos médicos como tanatofobia (miedo a la muerte).
¿Pero realmente hay razón para temer a la muerte?, ¿podemos saber exactamente qué hay más allá de la barrera de la muerte, sin recurrir a teorías ni a creencias no probadas? Si pudiéramos, ¿quizás no habría necesidad de temer a la muerte y podríamos desarrollar un enfoque más equilibrado y consciente de nuestra vida?
La cuestión del alma
De acuerdo con la sabiduría de la Cabalá, no hay razón para temer a la muerte, porque tal como la concebimos, no existe. Eso aplica sólo en los reinos vegetal y animal, no en el nivel humano.
Entonces ¿qué sucede cuando morimos? Aquí es donde encontramos las preguntas más importantes en relación con vida y muerte: ¿tenemos alma o no?, ¿nacemos con alma o la adquirimos al morir? Además, si no tenemos alma, ¿podemos obtener una durante nuestra vida?
De acuerdo con la sabiduría de la Cabalá, nacemos sin alma y si no logramos un alma en nuestra vida, también morimos sin alma. Para experimentar el mundo eterno, la armonía y el equilibrio que provienen de vivir en el alma, debemos obtener el alma durante nuestra vida. Cabalá explica que recibimos esta vida y las encarnaciones futuras para que podamos obtener un alma.
¿Cómo funciona?
Ir profundo en nuestros deseos es la «semilla del alma». Esta semilla espiritual, también conocida como «punto en el corazón», es una chispa que hace posible el nacimiento de la vida espiritual: el logro del alma.
Durante generaciones de desarrollo humano, este punto en el corazón está latente y espera el momento en que pueda florecer. Según El libro del Zóhar, a partir de nuestra generación, el punto en el corazón comenzará a hacer sus demandas en mucha gente. Se expresará como un sentimiento de falta de sentido, vacío e insatisfacción con la mera persecución de los placeres corporales de la vida y también como preguntas sobre el significado y el propósito de nuestra vida.
Eventualmente, este sentimiento de insatisfacción con la vida corporal y las preguntas sobre su significado, nos llevarán a los medios con los que podemos desarrollar este pequeño deseo por espiritualidad, el punto en el corazón, en un gran deseo donde podamos vivir en nuestra alma durante nuestra vida. Esencialmente, este es el proceso para salir de nuestros deseos corporales y egoístas y para entrar en los espirituales y altruistas. Cuando alcanzamos este estado elevado, nada nos ata a este mundo corporal por más tiempo. Aunque la muerte biológica del cuerpo corpóreo continúa, el alma que adquirimos durante nuestra vida es eterna, porque existe en el deseo altruista, fuera de los yoes corporales y egoístas que perecen.
Desde este nuevo punto de vista, sentiremos la vida en el alma, en el deseo altruista, mucho más grande que esta vida corporal, donde constantemente tratamos de satisfacernos a nosotros mismos. De alguna forma es similar a como los padres sienten su vida en la superación y el éxito de sus hijos, logramos nuestro sentimiento de vida en los demás.
Vivimos en esta era donde el punto en el corazón comienza a despertar en las masas y eventualmente, alcanzaremos un estado donde la humanidad entrará en el mundo espiritual y vivirá en el alma eterna, donde la vida no termina y donde no hay miedo, sólo alegría y libertad. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿experimentaremos este desarrollo con conciencia y comprensión de lo que enfrentamos -desarrollar conscientemente nuestra alma- o, sufriremos cada vez más por nuestra falta de conciencia? Espero que todos descubran el camino de la conciencia -la sabiduría de la Cabalá- y entren en el proceso del descubrimiento del alma y que disminuyan la necesidad de todo tipo de crisis a nivel personal, social y a escala global, para llegar a ese despertar.