Ha pasado año y medio en la era del coronavirus y la educación se ha restringido, limitado y cambiado de muchas maneras desde la era pre-Covid. Desde la perspectiva del sistema educativo, Covid-19 hizo más daño que bien: los niños son más propensos a la depresión, el aislamiento social, la regresión en los logros académicos y mayores posibilidades de abandonar la escuela. Pero, en mi opinión, el problema no es la Covid, sino los educadores que no aprovecharon el momento para reformar el obsoleto sistema de educación. Intentaron «copiar y pegar» una plataforma física defectuosa en la plataforma virtual, en lugar de capitalizar los beneficios del área en línea.
Los niños y los adultos jóvenes son mucho más hábiles cuando se trata de usar herramientas en línea como motor de búsqueda y enciclopedias en línea u otros sitios que brindan información accesible y gratuita. Por eso, la escolarización debe adaptarse a la nueva realidad y ocupar mucho menos tiempo del que se requería durante la era pre-Covid. En lugar de imponer los viejos métodos de enseñanza a la nueva realidad, los educadores deberían dedicar el tiempo que se liberó gracias a la disponibilidad de información, a lo único que la gente realmente necesita aprender, a relacionarse positivamente.
Las tasas de depresión y agresión se están disparando. no porque la gente no sepa lo suficiente historia ni por sus habilidades matemáticas. Hay depresión porque no pueden comunicarse con otros de forma amable y positiva. Cuando no pueden encontrar gente de confianza, se sienten solos y sin esperanza. Dado que el problema es nacional, debe tratarse en el sistema educativo y las autoridades deben designar educadores especiales para enseñar cómo interactuar, cómo desarrollar el cuidado mutuo.
En la era global, todos estamos conectados. Cuando nos comportamos diferente, como lo hacemos hoy, nos hacemos daño a nosotros mismos y a los demás. Para abordar el problema, los educadores deben trabajar tanto en el nivel informativo, como en el emocional. Todos deben aprender sobre la naturaleza interconectada de la realidad actual, que los actos de una persona tienen impacto en la vida de los demás, incluso si no lo sentimos de inmediato. Al mismo tiempo, los educadores deben cultivar actitudes de responsabilidad mutua entre niños, jóvenes y también entre adultos. Los dos niveles; informativo y emocional, se complementarán y crearán una nueva base sobre la que se construirá una sociedad feliz, de gente conectada, que se aprecia y se siente segura de su entorno.
El mundo posterior a Covid no volverá a la mentalidad competitiva e insensible que caracterizó al mundo antes de su surgimiento. Para cosechar el máximo beneficio de la transformación por la que atraviesa la sociedad humana, debemos educarnos y practicar vivir de acuerdo con nuevos códigos sociales de responsabilidad mutua y preocupación por todos. Mientras más pronto lo hagamos, mejor.
Completamente de acuerdo. Me duele ver qué tan desconectados estamos más ahora con el aislamiento, si ya estábamos, pues hoy es una vida miserable, los adultos mayores cada vez más restringidos al igual que los niños
😔😔😔