No voy a mentir

NGL es una aplicación móvil nueva y muy popular. Sus letras son acrónimo de «Not Gonna Lie» (No voy a mentir) y la aplicación presume de ofrecer «una nueva versión del anonimato». Según los creadores de la aplicación, “el anonimato debería ser un lugar divertido y seguro para expresar sin vergüenza, tus sentimientos y opiniones”. En realidad, la aplicación se ha convertido en un caldo de cultivo de insultos, calumnias y amenazas. De hecho, la gente expresa libremente sus opiniones y es cualquier cosa, menos un lugar seguro. Pero, siendo la naturaleza humana lo que es, ¿qué podemos esperar?

Creemos que el odio y la violencia abiertos ocurren principalmente en el cine y que en la realidad, la gente se limita mucho más. Tal vez sea un poco más comedida, pero la aplicación NGL demuestra que es sólo la fachada, si tiene oportunidad, estará en la garganta de los demás. Si algo tienen de bueno apps como NGL es que nos permite reconocer nuestra maldad.

No son sólo las aplicaciones, es que, dada nuestra naturaleza malvada, todo lo que creamos, finalmente se vuelve malo. Incluso si quisiéramos, no podríamos hacerlo diferente. Que hay inventos que parecen inofensivos e incluso buenos, quiere decir que la maldad que hay en ellos, aún no ha sido expuesta. Esta exposición, por cierto, aunque difícil, es el primer paso para eliminar la pestilencia.

Para estar de acuerdo en ser amables unos con otros, debemos advertir la depravación de nuestra naturaleza. Con muy pocas excepciones, la gente no tiene ni pizca de bondad. Usa a los demás para satisfacer sus necesidades, la única diferencia en su comportamiento con otros, depende de lo que le agrada, sin tener en cuenta a los demás.

Incluso la gente buena, es buena sólo porque se siente mejor consigo misma, no porque sea desinteresada. Si hubiera nacido con menos compasión en su corazón, sería menos amable. En otras palabras, su amabilidad no surge de su corazón bondadoso, sino de que su deseo egoísta le dice que lo haga. Por supuesto, es preferible a la gente que disfruta al intimidar, pero el motivo detrás de las acciones sigue siendo egoísta y en otras circunstancias, su ego se mostrará.

En conclusión, Not Gonna Lie realmente no miente. La pregunta es: ¿Qué queremos hacer con la verdad que revela? ¿queremos dejar que la naturaleza humana nos lleve a más abuso, dolor, desconfianza, alienación y sus horribles ramificaciones de depresión, violencia, abuso de sustancias y guerra? O, queremos decir «¡Basta!» a nuestro ego y juntos decidir cambiar la actitud hacia los demás y superar nuestra naturaleza abusiva. Ahora que lo sabemos, tenemos la opción.