De acuerdo con nuestra comprensión actual de la naturaleza, no podemos crear ni extraer energía de la nada. Al menos, no todavía.
Más generalmente, es imposible que algo surja de la nada.
¿Por qué? Porque inicialmente, la naturaleza creó algo de la nada.
En el lenguaje de Cabalá, decimos que el Creador, que es sinónimo de naturaleza y es el deseo puro de dar bondad y deleite, creó de la nada, el deseo de recibir ese deleite. Todo lo que fue creado, la totalidad de la naturaleza, está bajo la providencia del Creador, es decir, de la fuerza superior de amor y otorgamiento que crea la vida.
Que no podamos crear algo de la nada, de ningún modo es un fenómeno negativo. Sólo quiere decir que vivimos en un mundo limitado y mientras vivamos en un mundo limitado, es imposible que podamos crear algo de la nada.
Incluso es un fenómeno positivo, porque quiere decir que desde nuestro estado limitado, podemos llegar a un estado donde seamos ilimitados como el Creador y sentiremos la inmensa riqueza y profundidad de estar en los polos opuestos de la realidad. En otras palabras, podremos alcanzar un estado en el que percibamos la eternidad y la perfección de lograr la misma cualidad de amor y otorgamiento, por sobre nuestro deseo de recibir.
Por eso, decimos que podremos ser “como” el Creador: que seguiremos siendo el deseo de recibir, pero podremos lograr la intención de amar y otorgar del Creador, por sobre nuestro deseo de recibir. A pesar de lo exaltado que es ese logro, aún hay mucho que no podemos hacer.
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