En un ensayo titulado «Crítica del marxismo a la luz de la nueva realidad y solución a la cuestión de la unidad de todas las facciones de la nación», publicado en junio de 1940, cuando el mundo estaba envuelto en las llamas de la Segunda Guerra Mundial, Baal HaSulam el gran cabalista y pensador global, ofreció esta explicación de por qué cambian las sociedades. Escribió: “La duración de cada fase política, es sólo el tiempo que lleva develar sus defectos y su maldad. Mientras descubre sus fallas, da paso a una nueva etapa, sin esas fallas. Por eso, esas deficiencias, que aparecen en una situación y la destruyen, son las fuerzas mismas de la evolución humana, que elevan a la humanidad a un estado más corregido».
En la sabiduría de la Cabalá, el proceso que describió Baal HaSulam se llama «reconocimiento del mal». En este proceso, las fallas de un estado se manifiestan gradualmente hasta que impulsan a individuos y naciones a cambiar su vida, gobierno o lo que sea que se haya vuelto intolerable. En estos días, la humanidad está atravesando una etapa de este tipo, a escala mundial. Las fallas de la sociedad humana, en todas sus formas de gobierno, se manifiestan cada vez más abiertas y la gente está cada vez más desilusionada con los sistemas existentes.
No creo que estemos ya en un punto que se haya vuelto intolerable, pero vamos en esa dirección. Por ahora, parece que la gente todavía está dispuesta a soportar las fallas de los sistemas sociales y políticos existentes, pero casi nadie cree que haya un sistema que sea genuinamente bueno, pues no hay líderes que realmente tengan en mente, el beneficio de los ciudadanos. En otras palabras, la gente se está dando cuenta de que ningún régimen puede ser un buen régimen, mientras la gente de arriba no sea gente buena.
Pero los gobernantes surgen del pueblo. Si la gente no es amable entre sí, ¿podemos esperar amabilidad de los líderes? Los gobernantes son simplemente los que se destacan en explotar el sistema en su beneficio; lo usan para elevarse por encima de los demás. Como resultado, en una sociedad egoísta, los gobernantes son los más egoístas; por eso llegaron a la cima de las masas ¿por qué deberíamos esperar que tengan en mente nuestro beneficio?
Por eso, para hacer que las fuerzas de la evolución humana eleven a la humanidad a un estado más corregido, como dijo Baal HaSulam, debemos corregir a la gente. Si establecemos una sociedad considerada, sus líderes serán los más considerados. Si establecemos una sociedad que valore la responsabilidad social mutua, sus líderes serán los que mejor promuevan la responsabilidad mutua. De ahí que, antes de quejarnos de nuestros líderes, debemos vernos en el espejo. Puede que no nos guste lo que vemos, pero sabremos que es la verdad, que si logramos un reconocimiento suficiente del mal, es que estamos dispuestos a construir para nosotros mismos una sociedad, cuyos méritos, creen líderes meritorios.
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