¿Por qué el Creador oculta la verdad?

La sabiduría de la Cabalá describe al Creador como la fuerza o la cualidad de absoluto amor, la cualidad de otorgamiento. Naturalmente, una cualidad de otorgamiento absoluto quiere dar absolutamente todo. También, naturalmente, otorgamiento absoluto significa dar todo, incluye la naturaleza del Creador, es decir, la cualidad de otorgamiento.

Pero para dar, necesitas quien reciba. Por eso, la cualidad de otorgamiento creó un receptor absoluto, el ser creado, que quiere recibir todo y quiere ser como el Creador, es decir, otorgar. Si pareciera haber una trampa aquí, tienes razón, la hay: queremos recibir tanto, que al final, nos hace querer ser otorgantes.

Cuando vemos nuestro mundo, no vemos que la cualidad de otorgamiento lo gobierna y no vemos que los seres creados, es decir, nosotros, seamos receptores absolutos, pues no podemos hacer nada, a menos que sea para nuestro beneficio. Hay una buena razón: si viéramos como somos, que el ego está destruyendo todo en nuestro mundo, de inmediato desearíamos ser otorgantes. Sería la conclusión obvia y de hecho, la única.

Sin embargo, al hacerlo, no sería nuestra elección ser otorgantes, nos veríamos impulsados a hacerlo, al ver el daño de nuestro egoísmo. No tendríamos libertad y en realidad, de nuevo, daríamos en beneficio propio. Al final, estaríamos desprovistos de libre albedrío y no podríamos adquirir la verdadera cualidad de otorgamiento. Por eso, el Creador, la cualidad de otorgar, oculta al mundo, la verdad de nuestra naturaleza y su oposición a la naturaleza de Él. Lo hace por nuestro bien: para darnos libre albedrío.

Pero, si desarrollamos bondad y construimos una sociedad que exalte la unidad y la solidaridad, gradualmente entenderemos nuestra naturaleza y la naturaleza del Creador. Así podremos comparar y elegir libremente ser otorgantes en lugar de receptores. Mientras más lo busquemos, mejorar será nuestra sociedad y nuestra vida.

Actualmente, vemos que el mundo se deteriora y va hacia la anarquía. No podemos ver el porqué, pues la verdad está oculta, pero está sucediendo por nuestro ego que estropea todo lo que intentamos construir. Debido al ocultamiento, creemos que los problemas que el ego causa son incidentes separados, pues no podemos ver la causa común detrás de ellos.

La sabiduría de la Cabalá nos muestra esta causa común y la solución común de convertirnos en otorgantes. Para no negarnos nuestro libre albedrío, los libros de Cabalá estuvieron ocultos por siglos. Incluso cuando fueron revelados, sucedió de manera extraña y misteriosa. Por ejemplo, El Libro del Zóhar, el libro esencial de Cabalá, fue descubierto por un hombre que compraba pescado en el mercado y descubrió que el trozo de papel de papiro con el que lo envolvían contenía un texto desconocido. Otro ejemplo es el ARI, el gran cabalista del siglo XVI, cuya enseñanza es la base de la Cabalá contemporánea. Él no escribió una palabra, fue su discípulo, Jaim Vital y después de su fallecimiento, sus escritos se dividieron entre varios de sus herederos. Más tarde, estos escritos fueron extraídos de las tumbas de los herederos y fueron compilados en libros, que, naturalmente, estaban muy desorganizados.

Hoy, los problemas se están acumulando en el mundo a un ritmo que pronto nos harán buscar una causa común. Pero hoy, nuestro ego es tan poderoso que ya no es necesario ocultar la verdad. Por eso, mientras más rápido empecemos a trabajar para convertirnos en otorgantes, más rápido cambiaremos nosotros mismos y al mundo que nos rodea y revertiremos el deslizamiento del mundo hacia el caos absoluto.