La evidente relación cálida entre Rusia y China causa cierta preocupación en Occidente. Algunos medios de comunicación relacionan la alianza entre las dos potencias como un activo de China en su lucha contra Estados Unidos, por dominar al mundo.
Además, el sorprendente estatus de Irán como principal proveedor de armas para la agotada Rusia, agrega otro socio a la alianza, un socio cuya animosidad hacia el humanismo y de hecho, hacia cualquiera que no sea musulmán chiíta, es inquietante para muchos. También está Corea del Norte, con sus cálidas relaciones con China y con Rusia, vuelve el panorama aún más sombrío.
No digo que no debamos preocuparnos por lo que podría suceder en esa alianza de cuatro países. Creo que debemos tomar las medidas necesarias para evitar que el eje tome forma. Al mismo tiempo, creo que es poco probable. Incluso si se materializa, en este momento, Rusia está exhausta para representar una amenaza y sus fuerzas se redujeron gracias a las guerras locales que ha estado peleando los últimos años. Por eso, no creo que esté en condiciones de enfrentarse a Occidente.
Además, el año pasado y especialmente, desde el inicio de la guerra en Ucrania, EUA y Europa se han fortalecido. Entendieron que no había más remedio que aumentar su fuerza militar y actuaron en consecuencia. En cierto sentido, la guerra en Ucrania benefició al bloque occidental en comparación con el bloque oriental.
Hay otra táctica que usa Occidente contra Rusia: su propio orgullo. Rusia podría haber ganado mucho, económicamente y de muchas otras formas, si hubiera decidido hacer concesiones en Ucrania a cambio de favores y apoyo de Occidente. Pero, su orgullo no le permitirá hacerlo y seguirá luchando hasta que no quede nada de su ejército. El único que se beneficiará de esta matanza extendida es Occidente.
En cuanto a China, es poco probable que rompa sus lazos con Occidente. Tiene mucho que perder y depende demasiado del poder adquisitivo de Occidente, como para arriesgar sus lazos con Europa y con Estados Unidos principalmente.
Aunque parece sólida, actualmente China está en una situación precaria, después de reveses económicos y de su política de cero Covid y ahora, el nuevo brote fuera de control. China seguirá en buena conexión con Rusia, eso le da gas barato, pero no estirará demasiado la cuerda con sus socios comerciales de occidente. En definitiva, seguirá vacilante.
En mi opinión, el escenario más probable es que siga el tira y afloja entre Rusia y EUA, hasta que EUA o Israel derroquen al régimen iraní. Sin Irán, Rusia no tiene nada más que ofrecer en Ucrania; ya agotó sus opciones militares, su mano de obra y su potencia de fuego. Como resultado, sin Irán, no tendrá muchas opciones para seguir en Ucrania.
En tal estado, si el régimen chiíta fanático iraní cae, el suministro de drones suicidas de Rusia se agotará y su principal arma de asalto contra las instalaciones ucranianas ya no estará disponible. Sorprendentemente, un movimiento en Irán podría señalar el final de la guerra en Ucrania.
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