Nos parece que la inteligencia es fría, estéril y carente de emociones, pero nuestra naturaleza es, en última instancia, deseo de disfrutar. Si nos conectáramos de forma óptima con los demás, para disfrutar de la vida y también para hacerlos felices, esa inteligencia nos impulsará a disfrutar de vidas de armonía, paz y plenitud.
Eso es inteligencia social. Es la capacidad de conectarnos de manera óptima con los demás, para disfrutar de la vida y dar deleite.
Somos seres sensibles y emocionales. El deseo de disfrutar es nuestra naturaleza. Por eso, el intelecto -la mente-, está sintonizada para disfrutar nuestras relaciones.
La inteligencia social es importante, porque sin ella, sufrimos por nuestras interacciones en la vida. Cuando carecemos de inteligencia social, no entendemos lo que podemos perder si no nos conectarnos positivamente. No sabemos cómo conectarnos con amor con los demás ni disfrutar nuestra interacción con ellos. Esto se aplica a todas las relaciones en todas las esferas de la vida: hijos, cónyuges, familiares, amigos, conocidos y con toda la humanidad.
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