En la sabiduría de la Cabalá aprendemos que hay una fuerza única, eterna y perfecta que creó y sostiene la realidad y que actúa hacia nosotros con amor y misericordia, para llevarnos a su grado. Nos creó con la cualidad opuesta a la suya: su cualidad es dar; la nuestra es recibir, donde cada uno, sólo desea servirse a sí mismo. Dentro de esa cualidad, por naturaleza, no aceptamos la existencia de una fuerza única, sino que percibimos una lucha constante de varias fuerzas diferentes y opuestas.
Vemos un mundo lleno de fuerzas en conflicto y opuestas. No vemos el mundo real, porque nuestra percepción, fundamentalmente, está en desacuerdo con la idea de que existe una fuerza única que sólo actúa en nuestro beneficio. En el lenguaje de Cabalá, ese desacuerdo se llama “cualidad del juicio”. Si percibiéramos el mundo real, veríamos que en la realidad sólo existe la fuerza de amor y otorgamiento, a la que Cabalá llama “cualidad de misericordia” y sabríamos que esa fuerza sólo actúa con amor.
Vemos que en este mundo sólo existe la cualidad del juicio, es decir, constantemente escuchamos de acontecimientos terribles y malvados, a eso Cabalá le llama “falta de corrección”. Es decir, vemos la realidad a través de la lente rota de nuestra oposición a la cualidad de amor y otorgamiento. Además, por naturaleza, somos opuestos a esa cualidad y, debemos pasar por un proceso de desarrollo para cambiar la percepción de limitación, separación y parcialidad, a percibir una fuerza que actúa de forma eterna, perfecta y plena. Cuando completamos este proceso de corrección, lograremos ver que sólo una fuerza (la cualidad de amor y otorgamiento) habita en el mundo y que esta fuerza es buena y sólo hace el bien.
¿Cuál debería ser nuestra respuesta al oír hablar de fenómenos negativos, como guerra, sufrimiento y crisis, a escala personal, social y global? Debería ser, como está escrito, que “tienen ojos y no ven; tienen oídos y no oyen”. Cuando vemos que hay desastres, debemos reconocer que no logramos percibir la fuerza positiva de amor, otorgamiento y conexión que hay detrás de todo y también que nos gustaría percibirla y ver que, en última instancia, actúa en nuestro beneficio.
Debemos recordar que sólo existe una fuente buena actuando en el mundo y que creó lo opuesto a su cualidad de bondad, para que podamos desarrollarnos y que logremos percibir su unidad, eternidad y perfección, por encima de nuestra oposición.
Por eso, los conflictos, el mal y el odio que vemos en el mundo son parte integral de una gran producción teatral que se desarrolla ante nosotros. Gracias a este teatro, podemos alcanzar la capacidad de aceptar que la providencia detrás del espectáculo, es absolutamente buena y amorosa hacia nosotros. Es un juego que se nos dio. Es el llamado “jugar con la ballena”, es lo que hacemos cuando superamos la oposición en nuestra percepción, para revelar la fuerza única de amor que guía la realidad.
Por un lado, debemos evitar tratar este asunto a la ligera, es decir, pensar que la vida es falsa y “sólo un juego”. Por otro lado, debemos cuidarnos de no caer en estados de tristeza y/o enojo intensas, por lo que vemos que sucede en el mundo. En su lugar, debemos navegar constantemente entre estos dos polos, en lo que Cabalá llama “línea media”.
Por eso, debemos reconocer que el papel del mal en el mundo es mostrarnos que todo es bueno. Sin sus contradicciones negativas, no podríamos sentir bondad ni amor ni otorgamiento ni armonía ni paz ni felicidad ni confianza. También debemos aprender a buscar nuestro destino final en la vida, donde percibiremos a la fuerza única, bondadosa y amable.
Resulta que si vemos maldad en el mundo, debemos ejercitar las buenas cualidades opuestas de amor y otorgamiento y conectarnos positivamente entre nosotros. Al hacerlo, gradualmente llegamos a neutralizar cualquier apariencia de maldad en el mundo y descubriremos, cada vez más, la única fuerza positiva de amor y otorgamiento que habita en la realidad.
#mal #bien #Cabalá
un mensaje lleno de sabiduria GRASIAS
Excelente análisis doctor Laitman, lo comparto entre mis múltiples fans.