Detrás de cada acción y pensamiento hay un deseo egoísta que nos hace querer disfrutar a costa de los demás y de la naturaleza.
Además, el deseo egoísta crece constantemente.
Si en el pasado podíamos ser amistosos unos con otros, hoy nos vemos a través de la lente de cómo podemos utilizar al otro para ganar algo. Y no tenemos la culpa de esta actitud. Se debe a que nuestro ego es mayor.
¿Qué podemos hacer al respecto? Dentro de nosotros hay una especie de animal que crece constantemente y exige que saquemos ventaja en beneficio propio, de todo y de todos, tanto como sea posible.
De hecho, siempre hemos estado impulsados por ese deseo, pero no era tan grande como ahora, así que no lo sentíamos de la forma cada vez más negativa que lo sentimos hoy.
La razón por la que el deseo egoísta crece en nosotros no es sólo para que sintamos que la vida y la sociedad son cada vez más corruptas. Es para que nos demos cuenta de que nuestra naturaleza es egoísta desde su núcleo, que realmente deseamos usar, tanto como sea posible, a los demás y a la naturaleza en beneficio propio y que ese impulso nos lleva a resultados negativos en todo y en toda la sociedad. Comprenderlo debería ayudarnos a desarrollar el deseo de hacer un cambio fundamental: cambiar nuestra naturaleza egoísta por una altruista, en la que, en lugar de pensar en utilizar a los demás para nuestro beneficio, pensemos en utilizarnos a nosotros mismos en beneficio de los demás. Si no hacemos esta transición, la sociedad acabará desmoronándose.
Basado en el video “¿Por qué la sociedad se está volviendo cada vez más corrupta?”, con el doctor Michael Laitman. Escrito/editado por estudiantes del doctor Michael Laitman.
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