Hay un enfoque positivo en la vida, que anima a la gente, a ver siempre el lado positivo de la vida e ignorar lo negativo.
Este enfoque puede ayudar hasta cierto punto, pero no debemos eliminar los fenómenos negativos que se interponen en el camino, pues son desafíos que debemos enfrentar. En otras palabras, no debemos cerrar los ojos como niños pequeños y pretender que esos desafíos no existen. Al hacerlo, nos preparamos para enfrentar problemas mucho mayores.
Por un lado, no debemos dejarnos llevar por el pánico ni dejar que nuestras emociones nos dominen. Por otro lado, debemos aceptar la responsabilidad de lo que sucede en el mundo. Mientras más entendamos que el enfoque egoísta hacia los demás y hacia la naturaleza (en el que buscamos el beneficio propio a expensas de los demás) está detrás de todos los problemas de la vida, más dispuestos debemos estar a buscar cambiar nuestro enfoque egoísta por uno altruista. Y mientras más busquemos beneficiar a los demás y a la naturaleza -por encima de nuestros impulsos negativos, egoístas y divisivos-, más equilibrio habrá entre la naturaleza negativa en nuestro interior, con la fuerza positiva de la naturaleza que existe fuera de nosotros. Ese equilibrio es la clave para una transición a un mundo de armonía y paz.
Basado en el video ¿Por qué pensar solo en positivo no es suficiente? con el doctor Michael Laitman
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