Durante el año pasado, unos dos millones de personas murieron a causa de la enfermedad del coronavirus. Sin embargo, ¿cuán alarmados estamos? Seamos sinceros, no lo estamos. Estamos muy ansiosos por el cierre de negocios, cines, estadios deportivos, escuelas y otras privaciones similares de entretenimiento y participación, pero ¿qué pasa con los dos millones de muertes por Covid? Somos bastante indiferentes al respecto.
De hecho, si se considera la población mundial, dos millones de muertes por Covid-19 no es mucho. Lo tratamos como un fenómeno natural, un caso de fuerza mayor, por así decirlo, así que estamos bastante tranquilos al respecto.
Pero aquí hay un problema mayor: somos ajenos al propósito de la pandemia y debido a eso, ya estamos preparando el próximo golpe, que será más doloroso y extendido incluso que el coronavirus. Si lo único que nos importa es no poder ir a bares y cines, entonces nos estamos trayendo un desastre peor que el virus, algo que nos obligará a buscar la raíz de estas catástrofes, y a no poner nuestras esperanzas en las vacunas. que sólo son buenas hasta que aparece la siguiente mutación resistente.
La causa fundamental de la pandemia son nuestras relaciones corruptas entre nosotros. Estas relaciones no sólo están rompiendo el tejido de la sociedad, como lo estamos viendo ahora en todo Estados Unidos. La explotación y la mala voluntad están destruyendo el tejido de nuestro mundo entero. Son perjudiciales para nuestra sociedad, nuestro planeta, nuestra salud y todas las especies animales. Nos impiden cooperar en beneficio de toda la humanidad; no nos dejan trabajar hombro con hombro para salvar nuestro planeta. La desconfianza no nos permite curar las heridas de nuestra sociedad, la cual conduce a la violencia, la agresión, el fanatismo, la pobreza, la depresión, el abuso de sustancias y las guerras.
Nuestro maltrato mutuo hace que maltratemos todo lo que nos rodea: el suelo, el agua, el aire, las plantas, los animales y las personas. Todos sufren porque nos odiamos y reaccionan en consecuencia. Es por esto que las tormentas son cada vez más intensas, los incendios más generalizados y comunes, y las plagas se propagan más rápido y aparecen más pronto que antes. El mensaje de todos ellos es claro: arreglen sus relaciones o sus relaciones los destruirán.
No tenemos la prerrogativa de ser indiferentes con las víctimas de Covid-19 porque hacerlo destruye nuestro futuro. Si corregimos nuestras relaciones, calmará las aflicciones que acabo de mencionar y encontraremos paz y tranquilidad. De lo contrario, nos espera un año muy malo y una década aún peor.
Buen día. Así siento en mi familia todos preocupados por el confinamiento. Me incluyo yo. Sin tener sentido a la vida. Muchas gracias x tan bendecidas reflexiones 🙏