Antes de haber reconocido la amenaza reciente ya estamos dando un suspiro de alivio, pues el cese del fuego con Hamas parece afianzarse.
Pero nos equivocamos al pensar que el problema está resuelto. Como siempre, vivimos en una tregua temporal, sintiendo la calma antes de que llegue la siguiente tormenta. Así que, ¿por qué no aprovechar la tranquilidad temporal para despertar y hacernos algunas preguntas serias antes de que llegue lo que pudiera venir?
Comencemos con ¿qué es lo que realmente quiere Hamas de nosotros?
Rav Kuk nos dice lo siguiente: «Si no podemos hacer sonar el cuerno de la redención, los enemigos de Israel, tales como Amalek, Hitler, etc., se levantan y nos exigirán la redención».
Junto con Rav Kuk, muchos de los grandes sabios de Israel, «los guías espirituales de la seguridad de Israel» si se quiere, escribieron que la solución a todas las amenazas es nuestra unidad. El Maor VaShemesh lo expresó en una fórmula simple: «Cuando hay amor, amistad y unidad en Israel no le puede pasar ninguna calamidad y todas las maldiciones y tormentos son rechazados».
En otras palabras, cuando hacemos sonar el cuerno del amor y la unidad entre nosotros, el mundo entero escucha y cambia su actitud de manera positiva. Pero cuando no lo hacemos, nuestros enemigos nos despiertan exigiendo ser oídos. Hamas es simplemente el enemigo en turno.
¿Cómo funciona exactamente?
Los sabios no trataron de ser poéticos en sus escritos ni buscaban conformarnos con ilusiones. Describieron un sistema profundo de leyes que conducen a la sociedad humana en su dinámica entre Israel y las naciones del mundo.
El Libro del Z’ohar describe el mundo como una gran red de conexiones intrincadas. El pueblo de Israel constituye la unión central en la red y tiene una misión vital, única: unirse «como un hombre con un corazón» y dar ejemplo positivo al resto de la sociedad humana, «ser luz para las naciones».
Por lo tanto, cuando trabajamos en nuestra unidad no sólo en tiempo de angustia, la influencia sanadora de unidad fluye a través de «la unión de Israel» hacia el resto de la red humana y se extiende en todos y cada uno. En contraste, cuando obstaculizamos el cruce central, atraemos el resentimiento subconsciente de las naciones del mundo y se manifiesta en diversas formas, de crítica a odio y a violencia directa.
Por lo tanto, independientemente de cómo se desarrolle la lucha con Hamas, Israel seguirá pareciendo culpable ante los ojos de las naciones.
La última ola de presión de Hamas hizo que la resistencia nacional de Israel se levantara por unos momentos. Pero debería servir como recordatorio de cómo debemos tratarnos unos a otros siempre, para que podamos convertirnos en el faro de unidad y conexión positiva que el mundo, en el fondo, espera que seamos.
Foto: Amir Cohen (Reuters)
