El valor verdadero es la capacidad de ir en contra del flujo natural del ego -deseo de disfrutar sólo en beneficio propio. Para lograr éxito duradero, es necesario liberarse de la tendencia egoísta y es imposible hacerlo solos. Como seres humanos, si estamos aislados, somos inherentemente débiles. Por eso, la clave del éxito no es la lucha solitaria, sino lograr un sistema de apoyo: un grupo con ideas afines, unido por un objetivo común y claro.
Dentro de un grupo así, los miembros se fortalecen con su conexión y estímulo mutuo. Juntos, pueden superar obstáculos, que individualmente serían insuperables. El progreso es impulsado por la fuerza colectiva, que permite a sus miembros, ir por encima de sus limitaciones.
Postergación, procrastinación y debilidad, son síntomas de desconexión. Una persona que dice «mañana», a menudo carece de impulso y apoyo para actuar con decisión. Por eso, el cambio y el logro llegan cuando nos conectamos con un entorno que apoya el objetivo último de la vida, que es, alinearse con las leyes integrales de la naturaleza. Este entorno se convierte en fuente constante de energía, que impulsa a cada miembro a actuar sin demora y a alinearse con el éxito común.
En última instancia ni la felicidad ni la salud ni la prosperidad se encuentran en el aislamiento, sino en la unidad. Rodéate de gente afín, de aquellos que te inspiren y te desafíen a crecer hasta las alturas mayores que te ofrece la vida y encontrarás el coraje para actuar, crecer y alcanzar la meta más elevada.
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Excelente reflexion, doctor Laitman, sin embargo, es un misterio inexplicable, como las grandes almas y talentos de la humanidad viven, en un estado de miseria, incomprension y desprecio por parte de sus contemporaneos, quienes son en su mayoria, mediocres, imbeciles, estupidos y egoistas. Asi esta construido este mundo de oscuridad. El Master.