Al lograr conexión con el Creador, obtenemos la capacidad de ver el mundo e influir en los demás como lo hace el Creador, con su cualidad de amor y otorgamiento absolutos.
Cuando entramos en contacto con el Creador, ganamos combustible para la siguiente etapa de desarrollo que se llama, «ama a tu prójimo como a ti mismo». Recibimos esa habilidad e incondicionalmente, podemos amar a los demás.
Debemos diferenciar entre el estado de “ama a tu prójimo como a ti mismo” que surge como resultado de tener contacto con el Creador y la forma en la que, generalmente, ese principio se respeta en este mundo, que no tiene como base las leyes universales. Más bien, la sociedad, como resultado de su desarrollo, llegará a la conclusión de que las relaciones altruistas son mejores, más convenientes y seguras, por eso, en general, la sociedad coincide en que es una buena condición. Aunque, la cualidad de amor incondicional, de hecho, es opuesta a nuestra naturaleza egoísta, que siempre busca beneficio propio sobre el beneficio de los demás.
Si realmente deseamos alcanzar la unidad absoluta, descrita por la frase “ama a tu prójimo como a ti mismo”, debemos cambiar nuestra naturaleza. Es insuficiente decir que la ley del Creador es la actitud altruista hacia los demás. En cambio, internamente deberíamos estar convencidos de que nuestra actual naturaleza egoísta es terriblemente mala y que lograr semejanza con el Creador es absolutamente bueno.
#Creador #amaATuPrójimo #crecimientoEspiritual
Deja una respuesta