La naturaleza está formada por dos fuerzas: dar y recibir, más y menos, positivo y negativo.
Nosotros también somos anfitriones de estas fuerzas. Están en todos los niveles de la vida: material, psicológico y espiritual.
En cuanto a las inclinaciones políticas de derecha o izquierda, primero, trataría de definirlas como tales, porque hoy esos términos se han vuelto muy complejos y la gente confunda una con la otra.
En su origen, sin embargo, la inclinación a la izquierda busca plenitud, compromiso y conexión, mientras que el enfoque de derecha es lo contrario: se inclina por definir fronteras, restricciones y límites. En otras palabras, por naturaleza, el enfoque de izquierda es «lo mío es tuyo y lo tuyo es tuyo» y el enfoque de derecha es «lo mío es mío y lo tuyo es mío».
Sin embargo, en nuestra distorsionada vida actual, que está tan lejos de la naturaleza, no vemos nada que exprese verdaderas inclinaciones de izquierda o de derecha. Porque vivimos en tiempos en los que un ego exagerado, el deseo de disfrutar a expensas de los demás y de la naturaleza, está en la base de todo lo que pensamos y hacemos, eso nos aleja del enfoque natural hacia estas inclinaciones.
En el mundo de hoy, no hay ejemplos genuinos de inclinaciones reales de izquierda ni de derecha, porque se mezclan con el deseo de explotarlo todo y a todos, para satisfacer metas egoístas. Por ejemplo, una persona puede, naturalmente, tener inclinación hacia la izquierda o hacia la derecha, pero dado el poderoso impulso de satisfacción del ego, podría muy fácilmente, en la práctica, estar en el otro lado.
Por eso, creo que dividir a la gente y a las naciones en izquierda y derecha, no nos aporta ningún beneficio real. En cambio, deberíamos centrarnos en mejorar la educación en el mundo, para que aprendamos cómo funciona la naturaleza, cómo nos desarrollamos, hacia dónde vamos y qué nos gustaría ver en un mejor estado futuro. Si comenzamos a elevar nuestra conciencia, para comprender cómo podemos alcanzar el equilibrio con las nuevas condiciones de interdependencia global, comenzaríamos a ver la expresión de nuestras inclinaciones naturales. Y veríamos que gente y naciones, por naturaleza, son de izquierda o de derecha, en consecuencia, podríamos guiar a todos hacia un futuro más armónico y pacífico, de acuerdo con las inclinaciones naturales de cada persona y nación.
Una parte integral de este nuevo proceso educativo requiere un examen continuo y serio para alcanzar el equilibrio entre las inclinaciones de la humanidad y guiar un curso positivo de desarrollo. Constantemente necesitamos escudriñar la forma óptima de la humanidad y de cada nación, si entendemos la naturaleza diferente de cada nación, pensaremos en unir a gente y naciones en complementariedad.
Hoy, la necesidad de competencia y de usar el poder, permite que el más fuerte gane y también hay un lugar legítimo para los deseos de los más débiles, que exigen el apoyo del gobierno para vivir. Ambas inclinaciones necesitan encontrar su expresión y cada uno puede decidir de acuerdo con su carácter respectivo.
Necesitamos entender la riqueza compleja de la naturaleza, que no nos permite ser buenas personas que pueden estar de acuerdo en algo y mantener el acuerdo. Cambiamos de un momento a otro. Por eso, incluso durante el proceso de firma de un determinado acuerdo, ya podemos estar pensando en cómo incumplirlo y beneficiarnos a costa de la otra parte.
Hoy, el ego no permite que ninguna persona o lado se aferre a nada que nos mantenga unidos. En consecuencia, a medida que avanzamos, podemos esperar más y más fricción entre la izquierda y la derecha. Además, si no regulamos la fricción, los conflictos entre las partes podrían conducir a una gran destrucción, por ejemplo, otra guerra mundial.
Necesitamos entender que, estas inclinaciones opuestas están incrustadas en nuestra naturaleza y se descubrirán cada vez más, para que podamos crear un sistema que las equilibre. Es similar a la electricidad, colocamos una resistencia donde se conectan el positivo y el negativo y hagan el trabajo. De manera similar, necesitamos acercarnos a nuestras inclinaciones, pero requerimos algo común para que todos trabajemos.
Aso es. Totalmente sierto. Nos dedicamos en discusiones y peleas y lo que hacemos es empeorar todo.