El 2018 fue un buen año para los judíos. Esta afirmación podría parecer una contradicción en vista del antisemitismo rampante que se erigió en prácticamente todos los rincones del mundo. Sin embargo, el mal de la superficie puede transformarse en una oportunidad para arreglar lo que está roto, si lo vemos como un despertar para construir un escenario completamente nuevo, un futuro más prometedor para todos. Este resultado depende únicamente de nosotros, los judíos.
En octubre, Estados Unidos sufrió el ataque más mortal contra una comunidad judía en la historia de ese país, a raíz del tiroteo en una sinagoga de la tranquila Pittsburgh. En otras ciudades estadounidenses como Nueva York, la policía reportó más delitos de odio contra los judíos que contra todos los demás grupos combinados. De los 352 delitos de odio denunciados durante el año pasado por las autoridades, 183 fueron considerados incidentes antisemitas, incluyendo ataques físicos sin provocación alguna y vandalismo contra sinagogas y centros comunitarios judíos.
En Europa, una extensa encuesta de CNN reveló aquello que ya sabíamos, pero que no todos querían admitir: que el antisemitismo en Europa sigue siendo inextricable: está muy arraigado y extendido. La encuesta de CNN consultó a más de 7,000 personas en Austria, Francia, Alemania, Hungría, Polonia y Suecia. Casi 1 de cada 4 dijo que los judíos tienen demasiada influencia en los negocios y las finanzas, en los medios de comunicación; en los conflictos y guerras en todo el mundo.
La intolerancia contra los judíos a menudo se convierte en amenazas y acciones de hecho. El año pasado, llevar puesta una kipá en París o Berlín, entre otras ciudades europeas, no dio una sensación de seguridad. Algunos judíos se sintieron dispuestos a dejar ese distintivo para evitar posibles ataques. Las comunidades judías en el Viejo Continente expresaron temor a ataques físicos, según un estudio reciente realizado por la Unión Europea. La encuesta también destacó el hecho de que los sentimientos de odio hacia los judíos estaban en un nivel récord en toda la región.
El antisemitismo expuesto en el 2018 puede compararse con una cita al médico donde se recibe un diagnóstico incómodo sobre un mal completamente tratable. Nadie está feliz de descubrir una enfermedad, pero sin el diagnóstico, no puede haber tratamiento para dicha dolencia. Por lo tanto, una evaluación precisa es el comienzo de la cura, lo que hace posible el tratamiento que abre la puerta a la salud total.
Así, usemos el diagnóstico del antisemitismo para profundizar en la materia y mejorar el pronóstico para el 2019. ¿Cuál es la razón de la animosidad del mundo hacia los judíos?
La sabiduría de la Cabalá explica el antisemitismo como síntoma de un problema de fondo: la falta de unidad del pueblo judío. Tal como escribió Rav Yehuda Ashlag en su artículo «La nación»:
«Está claro que el esfuerzo de inmunidad que se requiere de nosotros en el difícil camino por delante requiere una unidad tan fuerte y sólida como el acero, de todas las facciones de la nación sin excepción. Si no salimos con filas unidas hacia las poderosas fuerzas que se interponen en nuestro camino, entonces estamos condenados incluso antes de haber comenzado».
El deber del pueblo judío y su razón de ser es convertirse en luz para las naciones, influir en el mundo no por el poder sino a través de la sabiduría y la unidad. Cuando los judíos no cumplimos con esta tarea, el mundo siente que le impedimos alcanzar la plenitud y la realización. Este malestar se manifiesta como antisemitismo irracional y vicioso para presionarnos a fin de cumplir nuestra misión.
Tal como escribió el Rav Moshé Chaim Lozzatto (Ramjal) en el “Ensayo de los principios”:
“Debes saber que la Creación en su totalidad no se completará hasta que toda la nación elegida esté organizada en el orden correcto, completada en todos sus aspectos, con la Shechiná [Divinidad] adherida a ella. En consecuencia, el mundo alcanzará el estado completo… Debemos llegar a un estado donde la nación esté plenamente satisfecha en todas las condiciones requeridas, y toda la Creación reciba su integridad, y luego el mundo se establecerá permanentemente en el estado corregido”.
Ahora que hemos identificado la raíz del antisemitismo, nos corresponde a nosotros convertir el 2019 en un año de restauración para la nación judía, en una unidad completa y amalgamada. Tal restauración unificadora es capaz de crear un campo magnético que podría atraer la fuerza positiva de la naturaleza e irradiarla al mundo entero. Tal acto es capaz de traer tranquilidad y felicidad al pueblo judío, que luego se extendería a la humanidad y regresaría nuevamente a nosotros. Espero que tengamos éxito en la realización de este autoexamen y avancemos hacia la realización de nuestro papel en el mundo a lo largo del 2019.