Ayatolá Ali Khamenei, líder supremo iraní, da un discurso televisado en Teherán
El inminente acuerdo nuclear entre Irán y EUA (y otros socios) plantea grandes desafíos para Israel. El acuerdo canalizará muchos miles de millones de dólares a un régimen que promete destruir a Israel y repetidamente declara su intención de hacer estallar el país. Ahora está a punto de apropiarse de armas nucleares cuyo propósito declarado es destruir al “pequeño diablo”, como se refiere a Israel.
No es mi tarea analizar por qué EUA debería permitir que eso suceda, pero me gustaría preguntar por qué nosotros, los israelíes, le tenemos tanto miedo. No es un secreto que nosotros también tenemos armas nucleares, así que no veo ninguna razón por la que debamos tener más miedo que ellos.
Además y esto es importante, tengo mucho respeto por el pueblo persa. Es una nación antigua y sabia, que sabe hacer negocios. No creo que hiciera algo imprudente.
De todos modos, debemos hacer todo lo posible para protegernos y no confiar en el juicio de los demás. En consecuencia, si hay alguna forma de evitar que Irán tenga armas nucleares, debemos buscarla. Esto no significa que en caso de que ambos países dispongan de armas nucleares, necesariamente se convertirá en un problema para Israel, ya que en ese caso ambos países entenderán que usarlas significará su propia aniquilación.
De cualquier manera, Irán debe saber que sabemos todo sobre él: qué tiene, cuánto, qué pretende hacer y cuándo. En otras palabras, Irán debe saber que si tiene alguna intención de actuar contra nosotros, lo sabremos con anticipación y nos prepararemos. Debe saber que nada ni nadie nos impedirá hacer lo que debemos hacer para protegernos.
Al mismo tiempo, debemos darnos cuenta de que ningún arma o capacidad militar promete seguridad absoluta. Nosotros mismos somos el único escudo que tenemos.
Nuestro escudo debe tener dos niveles: el físico, que es nuestro ejército y el espiritual, que es nuestra unidad. La solidaridad es nuestra arma definitiva. Si la afinamos y la pulimos, ningún enemigo considerará siquiera jugar con nosotros. Es un arma «no convencional».
Si en Israel establecemos una unidad sólida y cohesión social que sienta el mundo, disuadirá a todos nuestros enemigos e incluso neutralizará su odio, sin que tengamos que disparar un solo tiro. De hecho, la única razón por la que nuestros enemigos se sienten tan envalentonados en estos días, es nuestra división interna. Si curamos esta enfermedad social, resolveremos todos nuestros problemas. La unidad fue, es y será nuestra arma más poderosa y el único factor que determina si tenemos éxito o fracasamos en lo que hacemos.
Mientras cada uno de nosotros no logremos esa unidad entre alma ( Yo divino ) y cuerpo u otros llaman inconsciente y consciente, o la union de la dimensión divina y la dimensión del tiempo y forma de nuestras vidas o nuestro interior con nuestro exterior, no habrá unidad por ende de nuestro pueblo para que HaShem nos libere El mismo de nuestros enemigos.