Después del trágico terremoto de Turquía y Siria, cuando decenas de miles de personas murieron y cientos de miles quedaron sin hogar, en el frío y sin comida, uno de mis estudiantes me preguntó, qué hizo esa gente para merecer ese golpe de la naturaleza y qué quiere la naturaleza de nosotros.
En resumen, debemos dejar de vivir en esta carrera de ratas, calmarnos y hacer lo que la naturaleza quiere. Y ¿Qué quiere la naturaleza de nosotros?
La naturaleza quiere que seamos buenos unos con otros. En otras palabras, la naturaleza quiere que nos conectemos positivamente, con un deseo bueno y amable.
La ley de la naturaleza dice que sus partes deben interconectarse de manera armónica y equilibrada. Los humanos somos la única parte de la naturaleza que interfiere con su equilibrio.
Nuestra naturaleza egoísta es la que nos hace querer explotar a los demás y a la naturaleza, para beneficio personal.
Por eso, debemos corregir la forma en que usamos nuestros deseos y dejar de intentar dañar a los demás y a la naturaleza, en beneficio personal, por el contrario, debemos elevarnos por encima del uso egoísta de la gente y de la naturaleza y conectarnos positivamente.
Necesitamos llegar a un estado de reciprocidad positiva y de conexión mutua. Así, veríamos que nuestro deseo de que haya paz entre nosotros, nos traería retroalimentación positiva de la naturaleza. Y tendríamos una vida armónica y pacífica y la naturaleza ya no nos enviaría ni desastres ni pandemias.
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