La construcción de la torre de Babel representa el primer nivel de desarrollo egoísta de la humanidad, que sucedió hace unos 4,000 años.
La historia de la torre de Babel describe a gente que, por su ego creciente, aspiró a alcanzar la fuerza altruista que gobierna la realidad, al Creador, alegóricamente se describe por su deseo de construir una torre que llegue al cielo.
La humanidad fracasó en lograr al Creador usando su creciente ego, es decir no pudo elevarse por encima de él y entrar en contacto con la fuerza altruista que gobierna la realidad. El creciente ego le hizo dejar de sentir a otros y de tener conexiones positivas. Le hizo querer explotar al Creador, ese es el significado de construir una torre que llegue al cielo. Después la gente dejó de entenderse y su oposición con la naturaleza les alejó entre sí y del Creador y, se dispersaron.
En otras palabras, la torre de Babel representa el proceso por el que el ego -el deseo de disfrutar sólo en beneficio propio- crece y nos separa de los demás y de la naturaleza. Y en lugar de trabajar para unirnos por encima de su creciente influencia y corregir la desconexión que nos trajo, la historia de la torre de Babel habla de gente que pensó que podría alcanzar al Creador en su ego y no elevándose por encima de él. Como resultado, sucedió el colapso de la conexión positiva que había antes del crecimiento acelerado del ego y comenzó a haber odio y separación, en lugar de sentir que pertenecían a una sola nación.
Desde entonces, quisimos compensar el desapego con avances científicos, culturales y tecnológicos, pero, aunque hemos desarrollado conexiones superficiales a nivel mundial, nuestro desapego interno sigue aumentando, gracias al ego en constante crecimiento. También vemos que la abundancia de innovaciones científicas, culturales y tecnológicas no logra dar a nuestros deseos ninguna satisfacción real y duradera, como ejemplo, vemos que en esta época hay mayor depresión, soledad, ansiedad y estrés.
En la era actual, vemos que no podemos encontrar satisfacción para nuestros deseos egoístas. Cualquier placer sólo apaga el deseo y un nuevo deseo aparece en su lugar. La creciente conciencia actual del callejón sin salida de nuestro egoísmo, nos muestra una nueva fase de la torre de Babel que una vez fue destruida por el Creador y hoy, mientras más vemos que los deseos egoístas nos llevan a un callejón sin salida, en lugar del progreso al que una vez pensamos que nos llevaría, estamos logrando comprender que el ego es destructor. En otras palabras, estamos en una coyuntura similar a la que ocurrió en la época de Babel, pero ahora somos conscientes de nuestra situación.
De acuerdo con la sabiduría de la Cabalá, el punto de encuentro de nuestra creciente conexión global -tecnológica, económica y comercial-, junto con el creciente ego interno y el desapego de nuestras actitudes mutuas, marca el inicio de la conexión de la humanidad hacia una nueva civilización unida. Podemos aprender de las experiencias pasadas y de la historia de la torre de Babel que, si seguimos las órdenes de nuestro creciente ego, nos llevarán a la destrucción. Para entender correctamente el crecimiento del egoísmo, necesitamos aprender a unirnos como una sola humanidad, por encima del ego, eso nos llevará a un nuevo estado de armonía y paz, como nunca antes lo hemos visto. Es mi esperanza que logremos sabiduría y conciencia y que, más temprano que tarde, tomemos este camino y al hacerlo, nos ahorremos a nosotros y a las generaciones futuras, mucho sufrimiento innecesario.
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