Contestants prepare to go on stage during the Miss International Queen 2015 transgender/transsexual beauty pageant in Pattaya, Thailand, November 6, 2015. Some 27 contestants from 17 countries, all born male, are competing in the week-long event for the crown of Miss International Queen. REUTERS/Athit Perawongmetha TPX IMAGES OF THE DAY
Por primera vez desde 1950, no habrá concurso de belleza en Israel, Israel no enviará representante al concurso de Miss Universo, que tendrá lugar en EUA, en enero. Según 24 News, la decisión «despertó muchas reacciones, algunos deploran el final del evento, otros se regocijaron». En los últimos años -dice la historia- «el concurso ha sido criticado con el argumento de que a las mujeres sólo se les juzga por su apariencia física».
Simpatizo con los críticos. No creo que la longitud de las piernas de una mujer sea un criterio para medir su belleza. Además, ¿Cómo puede alguien decidir quién es la mujer más bella del mundo, cuando cada raza y etnia tiene su propio aspecto característico? ¿Cómo podemos comparar el estándar de belleza japonés con el estándar de belleza europeo y quién puede decir cuál es más hermoso?
Para simular que estas chicas son tratadas como algo más que objeto, los jueces hacen preguntas tontas a las concursantes, nadie espera que respondan con sinceridad. Si les creyéramos, pensaríamos que todas las chicas desean la paz mundial y que todas están profundamente preocupadas por el cambio climático.
Un estudiante me dijo que el concurso está perdiendo popularidad y me preguntó por qué. Me alegró mucho; creo que podría ser una señal de que estamos madurando y de que empezamos a ver más allá de lo físico.
Es hora de comenzar a buscar la belleza interior, porque finalmente, esto es lo que hace feliz a la gente. Cuando buscas la belleza interior de una mujer, encuentras que no puedes medirla. Esto es cierto, no sólo para las mujeres, lo es para toda la gente. Cuando buscas su belleza, siempre está oculta.
La belleza de una persona se desarrolla con el tiempo. Se define por sus conexiones con los demás y con el medio ambiente. La gente hermosa es afectuosa, se solidariza con las penas y dificultades de los demás y quiere ayudarlos a sentirse mejor. Esos sentimientos son un regalo, pero también podemos desarrollarlos. Una vez que reconocemos que somos egoístas, podemos aprender a cambiar.
No es un proceso que se pueda hacer aislado, pero si todos, como sociedad, decidimos que estamos hartos del ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! como cultura, podremos aprender a pensar más en términos de ¡Nosotros! y menos en términos de ¡Mí! Esto hará un mundo de bien para todos. Sin duda, es una mejor manera de promover la paz mundial, que hacer concursos de belleza como el de Miss Universo.
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