Vivimos en tiempos en los que, mientras más nos desarrollamos sin cultivar relaciones de unidad, más oscurece la vida con un repugnante hedor a división y odio. Hoy, más que nunca, debemos nutrir el amor genuino que está por encima de los impulsos divisivos, como el amor que describe la Torá y que rabí Shimon bar Yojai expuso en la cueva con sus nueve amigos.
Por 13 años, rabí Shimon y su hijo rabí Eleazar, vivieron en una cueva en Peki’in. Ocho discípulos sabios se unieron a ellos y colectivamente, escribieron El libro del Zóhar, un comentario que abarca la Torá, Profetas y Escrituras.
Al profundizar en las intrincadas interpretaciones de El Zóhar, podemos reconocer el alto nivel de los secretos de la Torá. La narración histórica simplista con tramas y personajes humanos, buenos y malos, no es, de ningún modo, la forma de comprenderla.
En la introducción a El libro del Zóhar, escrita mientras Rabí Shimon y Rabí Eleazar estaban recluidos en la cueva, hay un artículo distinto, llamado Salida de Rabí Shimon de la cueva. Esta pieza ilustra maravillosamente cómo la historia física se entrelaza con las enseñanzas espirituales.
Históricamente ambientada hace unos 2,000 años, durante el dominio romano en Israel, narra que el rabino Shimon y su hijo Eleazar, evadieron a los romanos y buscaron refugio en una cueva de Galilea. A pesar de la ruina de la cueva, causada por un antiguo terremoto, la historia fue respetada por el tiempo:
“Rabí Pinhas regularmente estaba ante rabí Rehumai, a orillas del mar de Galilea. El anciano rabí Rehumai era un gran hombre, sus ojos se debilitaron. Le dijo a rabí Pinhas: «Escuché que Yojai, nuestro amigo, tiene una gema, una buena piedra, un hijo. Miré a la luz de esa gema y desde su envoltura es como la iluminación del sol, ilumina al mundo entero””. – Zóhar para todos, Salida de la cueva del rabino Shimon.
Esta peculiar historia retrata al hijo del sabio cabalista Rabí Shimon bar Yojai, un joven que se revela como una maravilla luminosa y un verdadero discípulo de la Torá. A un nivel más profundo, muestra que, para develar la esencia interior de El libro del Zóhar se requiere una conexión entre generaciones, entre «padres» e «hijos».
Más adelante, el artículo describe al rabino Pinhas intentando contactar al desaparecido rabino Shimon, recurre a los elementos de la naturaleza para comunicarse. Se acerca, no con el canto de los pájaros, sino gracias medios espirituales, se conecta con Rabí Shimon por el grado conocido como “𝘊𝘩𝘢𝘪” (animado), prevé su salida de la cueva y la ubicación de El libro del Zóhar que anuncia la era del Mesías.
Cuando los diez amigos terminaron de componer El Zóhar y salieron de la cueva. Rabí Shimon ordenó enterrarlo hasta que surgiera la generación capaz de acabar con la oscuridad espiritual, la destrucción y el exilio, que inició y sigue desde sus días. En la generación esperada, habrá gente con conciencia del mal de la naturaleza humana egoísta, que la divide y la separa de la fuente de fuerza de la naturaleza que revelaron los sabios de El Zóhar. Esta gente buscará una forma superior de unidad, entre ella y con la fuerza de amor, otorgamiento y conexión de la naturaleza, como se anticipó en El Zóhar.
Ahora que El Zóhar fue revelado a gran escala, el cabalista Yehuda Ashlag (Baal HaSulam) escribió un comentario llamado Sulam (Escalera). Este comentario de El Zóhar es crucial para ascender al elevado tesoro que nos abre. Su descubrimiento y disposición indican la era del Mesías, es decir, la era en la que la fuerza superior de amor y otorgamiento emerge para “sacar” (Mesías, la palabra hebrea para “sacar” es Moshej) de nosotros las relaciones egoístas y divisivas, en un ascenso floreciente hacia el amor absoluto, como se describe en la Torá y El Zóhar.
«Hay amor, hermandad y verdad en la Torá. Abraham amaba a Isaac; Isaac amaba a Abraham y se abrazaron. Y ambos abrazaron a Jacob con amor y hermandad y entregaron su espíritu uno al otro. Los amigos deben ser como ellos y no mancharlos, porque si les falta amor, mancharán su valor superior, es decir a Abraham, Isaac y Jacob”. – Zóhar para Todos, Ki Tissa [Cuando se toma], artículo 54.
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