¿Realmente pueden las plantas hablar entre ellas?

Recientemente, un equipo de investigación de la Universidad de Tel Aviv descubrió que las plantas emiten sonidos. Afirmaron que esos sonidos son como clics, con la misma intensidad que el habla humana, su frecuencia está por encima del rango del oído humano. Algunos animales como murciélagos, ratones e insectos pueden captarlos, pero nosotros no.

¿De qué hablan las plantas entre ellas?

Lo único que creó la naturaleza es el deseo de disfrutar la vida. Las plantas se comunican lo que disfrutan, de qué deben tener cuidado y su comunicación beneficia a otras plantas, porque se sienten en un solo campo.

No sólo las plantas. Cada átomo, molécula y roca tiene vida propia y tiene su forma de comunicación, según su lugar en el sistema.

¿Qué significa esto para nosotros, los humanos?

Que debemos aprender a elevarnos por encima de nuestros deseos egoístas, donde cada uno busca disfrutar a expensas del otro, lo que hace que nos rechacemos mutuamente.

En lugar de rechazarnos debemos aprender a conectarnos y a complementarnos positivamente. Así, viviremos en la naturaleza como en un solo campo, donde descubriremos una sola fuerza.

La única fuerza que eventualmente descubrimos quiere que nos conectemos positivamente con relaciones de consideración mutua. Al hacerlo, tendremos la armonía y perfección de ese campo. Está escrito sobre ese estado que “el lobo morará con el cordero”. Es decir, en cierto punto, todas las partes de la creación vivirán en estado de paz y complementariedad mutua. Llegará el momento en que nosotros, los seres humanos, lo querremos. Al querer elevarnos por encima de los deseos egoístas y entrar todos en complementariedad mutua, obligaremos a los otros niveles de la  naturaleza a hacer lo mismo y sentiremos la eternidad y la perfección de la naturaleza.