El Proyecto de mapeo es una empresa que se parece mucho a lo que se hizo durante la era nazi, cuando las empresas judías fueron seleccionadas y marcadas en preparación para los pogromos de la Kristallnacht en 1938. El proyecto, una base de datos lanzada recientemente por Massachusetts, incluye las direcciones de sinagogas, organizaciones judías, empresas, instituciones y nombres de empleados acusados de estar detrás de “la colonización de Palestina”—muestra, los enemigos de Israel están constantemente adoptando nuevas y más atrevidas formas de ataque en contra nuestra.
Quienes están detrás de el Proyecto de mapeo, una nueva versión del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), no revelan su identidad, pero no dudan en revelar sus peligrosas intenciones. En su sitio web se puede leer: “Nuestro objetivo al hacer este mapeo colectivo es revelar las entidades y redes locales que provocan la devastación, para que podamos desmantelarlas”. El FBI está investigando el origen y las posibles amenazas de esta iniciativa, que vincula el apoyo a las causas sionistas con la supremacía blanca, el “imperialismo” estadounidense y “otros daños” en la sociedad.
Espero que nuestros enemigos no puedan debilitarnos, pero aún hay algo que temer. Tienen gran poder, porque dentro de cada persona hay un antisemita en potencia que puede activarse y siempre se puede confiar en que, los que odian a Israel y al pueblo judío en general, saben cómo mover sus tentáculos y cómo expandir su alcance.
Triste, aunque no sorprendente, en muchas iniciativas antisemitas como el movimiento BDS y otros, los que ayudan a quienes odian, son los propios judíos. Por generaciones, los judíos han sido asociados con los antisemitas y son los que más odian a su propia nación al rechazan su misión de unirse “como un hombre con un corazón”, la meta de nuestra nación.
El judaísmo real trabaja para endulzar el deseo egoísta innato en nosotros y dirige a todos los seres humanos hacia la conexión bajo el principio, «ama a tu prójimo como a ti mismo», como la regla suprema para el pueblo judío. Este mismo precepto también debería llevar a toda la humanidad a abrazarse, apoyarse y a conectarse con el Creador. Ese es el verdadero enfoque sionista. Lo opuesto, separación, guerra, odio, rechazo mutuo, es antisionismo.
Hay una lucha y una brecha tan grande entre estos dos enfoques opuestos que, no hay término medio que los conecte. Por eso, según mi experiencia, no tiene sentido discutir con los antisemitas. En el pasado, traté de hablar con ellos lógicamente. Los invité a conversaciones abiertas con la esperanza de hacerlos cambiar de opinión, pero nada ayudó.
El lado positivo de esta situación es que, en realidad los antisemitas ayudan a los sionistas: al escupirnos fuego, evitan que nos quedemos dormidos en el trabajo. Así despiertan los judíos de todos los ámbitos de la vida, para que cumplan con la idea judío-sionista.
Ahora que está surgiendo el proyecto de mapeo que nos señala, debemos fortalecernos y actuar más allá del ego que nos separa, crear entre nosotros un vínculo férreo y conectarnos con la fuerza que controla la realidad, la fuerza que es la base de la nación israelí.
No debemos desperdiciar esfuerzos construyendo una red especial para contraatacar a nuestros enemigos, debemos construir una red de conexión y amor entre nosotros y nuestros enemigos caerán. No tenemos que ver en su dirección; tenemos que ver nuestra propia dirección, en cuanto logremos la conexión profunda de nuestros corazones, deseos, pasiones, metas, podremos construir una meta común de apoyo mutuo. Esta conexión será una red judía sólida y duradera y nadie que levante la cabeza contra nosotros podrá romperla.
Saludo desde República Dominicana, un abrazo.