Las señales han estado allí por mucho tiempo y los bloqueos les dieron un gran impulso. Pero, «la renuncia silenciosa» es un problema importante para los empleadores, especialmente porque muchos aún trabajan desde casa, borran el límite entre tiempo de trabajo y tiempo libre. Aunque no hay una definición clara del término «renuncia silenciosa», básicamente significa que la gente se esfuerza por hacer menos, trabajar menos y olvidarse del trabajo una vez que está fuera de la oficina. En resumen, trabajar lo menos posible sin ser despedido.
Algunos expertos culpan de este fenómeno a los empleados, argumentan que la gente se está volviendo perezosa. Otros culpan a los jefes y argumentan que los ejecutivos deben aprender a trabajar con los millennials, si quieren sacar más provecho de ellos.
Creo que lo que sucede es que la gente quiere encontrar equilibrio. Un equilibrio saludable entre trabajo y ocio, es clave para llevar una buena vida. No es una línea rígida, sino algo que cada uno debe determinar con base en el principio: trabajar sólo lo necesario. Cualquier cosa más allá de lo necesario es redundante y agotador, desagradable y perjudicial.
Este enfoque se refiere a mucho más que al trabajo. Es la única forma en la que podemos alcanzar niveles sostenibles de consumo y es la única forma en que podemos salvar la tierra, el aire y el agua del agotamiento y la contaminación.
Si equilibramos nuestro tiempo y esfuerzo entre el trabajo y el ocio, nos dará tiempo y energía para actividades emocionalmente más gratificantes. En definitiva, todos nos beneficiaremos de encontrar el equilibrio adecuado entre el tiempo de trabajo y el tiempo libre.
En cuanto a las preocupaciones por la demanda de producción y por el crecimiento económico, creo que producimos demasiado. La mayoría de los productos que fabricamos y compramos no agregan valor a nuestra vida. No nos hacen más felices ni nos hacen la vida más fácil. Los únicos que se benefician son los accionistas que los fabrican, el resto sufrimos contaminación, congestión de tráfico e incontables horas dedicadas a hacer cosas redundantes.
Los economistas y la gente cuyo sustento depende de mantener la maquinaria económica en funcionamiento, pueden hacer sonar la alarma al ver la renuncia silenciosa, pero para el resto, creo que son buenas noticias. Es hora de empezar a vivir con cordura. Será mejor para nosotros, mejor para nuestros hijos y mejor para el Planeta Tierra.
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