Hace unos días, una vecina le contó a una de mis alumnas, que estaba muy triste porque sus hijas estaban discutiendo sobre las vacunas Covid. Como resultado, una de ellas, que se opone a la vacuna, no vendrá a celebrar Rosh HaShaná [víspera de Año Nuevo judío] con la familia. Lo que más le dolió a la vecina de mi estudiante, no fue la objeción de su hija a recibir la inyección ni siquiera que no asista a la comida festiva. Lo que realmente le dolió fue el odio que estalló entre ellas. En todas las familias hay disputas y riñas, pero el estallido venenoso de odio la devastó.
De hecho, el odio es la pesadilla de nuestra generación. Destruye todo, destroza comunidades y familias. Por eso, necesitamos trabajar en nuestras conexiones, para conquistar el odio y mantener unida a nuestras familias y comunidades.
Todos tenemos diferentes opiniones. El problema es cuando las opiniones diferentes exponen fisuras más profundas, ocultas hasta ahora. Si un miembro de la familia no quiere vacunarse, como en este caso y, no puede asistir a la comida de Rosh HaShaná, para no poner en riesgo a otros, no debemos odiarlo.
Debemos tomar los desacuerdos, no como motivos de odio, sino como oportunidades para estrechar lazos. Cuando superamos diferencias y disputas, fortalecemos nuestros lazos y aumentamos nuestro amor y unidad, incluso más que antes de que ocurriera la ruptura. Nuestro esfuerzo consciente por unirnos solidifica y fortalece nuestros lazos.
Cuando hablamos de conquistar la separación, no nos referimos a suprimirla, como si no existiera. Conquistar la separación es reconocerla, aceptarla y aún así, unirnos por encima de ella. Esa nueva unidad, que tuvo que formarse sobre la división, será invariablemente más fuerte que una unidad que nunca fue desafiada.
Por eso, siempre que surja una división, debemos examinar si valoramos nuestra conexión con la persona que está en desacuerdo con nosotros. En el caso del que me habló mi estudiante, el dolor de la madre evidentemente mostró que valora la conexión con sus hijas y la conexión entre ellas, más de lo que valora sus opiniones sobre la vacuna. Si puede transmitir sus sentimientos a sus hijas, ellas podrán superar su división y fortalecer sus lazos. Si no, su conexión se romperá, a pesar de todo.
La sociedad actual presenta innumerables situaciones en las que no estamos de acuerdo con otros. Si valoramos nuestras conexiones, debemos tratar esas situaciones como oportunidades para estrechar nuestro vínculo. Si lo hacemos, podemos convertir la pesadilla del odio en una bendición de amor mutuo y cercanía.
Extraordinario!!! Gracias a Dios me estoy recuperando del covid, sobretodo las secuelas de la cefalea intensa postcovid. Y me duele la separación que existe con mis hijos. Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente 🙏🌹🙏