Se está agravando una vieja herida entre rusos y ucranianos. Está dolida y sangra, pero no ha reabierto del todo. Así como ahora, los países de Europa del Este sienten el conflicto, se sentirá en todo el mundo, en toda la humanidad. Con el tiempo, todos percibirán, de primera mano, la revelación de esta guerra: el control del hombre sobre el hombre.
Antes de que estallara esta guerra, el malestar no era visible ni tangible. Era profundo e incluso ligeramente latente. Recuerdo imágenes del pasado cuando los soldados rusos y ucranianos se encontraban; había una tenue conexión interna entre ellos, como si ya se conocieran. Y, en efecto, psicológicamente son cercanos; tienen un amplio bagaje común.
Por otro lado, con el estallido de esta guerra, afloró un odio agudo entre ellos, un odio tan fuerte que se puede sentir y percibir. Literalmente, es palpable.
Dos pueblos, no muy diferentes entre sí, en realidad, muy similares, están descubriendo un odio puro y limpio, que precede a todas las opiniones ideológicas. Es un odio natural que surge del poder de la naturaleza humana, que no se disfraza de raza ni de género ni de nacionalidad ni de religión. No está envuelto en historia ni en lengua ni en diferencias culturales. Es simplemente la sensación interna de que, uno odia al otro.
Esta sensación es más profunda que cualquier otro odio que conozcamos. Es odio espiritual y su único objetivo es revelar la magnitud del abismo en las relaciones entre dos pueblos y del abismo descubierto, aprender a cruzarlo con amor.
Descubrir las fracturas, diferencias, crímenes y heridas, nos señala el lugar de la reparación y nos ayuda a centrarnos en el núcleo del problema. La mediación y la corrección forman parte de un proceso a largo plazo, que funciona según el plan de la creación, para llevar los conflictos a la armonía.
Ahora vemos ante nosotros, la primera etapa de este proceso. Es una revelación feroz del poder del odio, la fuerza negativa destinada a acercarnos a comprender que hay un sistema de fuerzas en la naturaleza que trabaja en nosotros y con nosotros. Pero contra este odio revelado, debe despertarse amor. El amor estable puede ser evocado sólo con la ayuda de una oración común.
Gran verdad!!! Está escrito «Si se hu.millare mi pueblo yo sería su Dios y nosotros su pueblo» CON DIOS TODO SIN EL NADA.yo clamo a EL. EN oración y me rindo a la voluntad de mi creador 🙏 me entristece!!! Muchas gracias. DIOS los bendiga grandemente.